La intervención del “Califa” de
Ceuta en el encuentro organizado por la rama juvenil de la
coalición Caballas no ha tenido desperdicio. Una
intervención repleta de afirmaciones sorprendentes, que
demuestran la madurez de quien fuera llamado a ocupar
importantes puestos de responsabilidad política. Unas
declaraciones del gurú del progresismo ceutí, que han
argumentado mis últimas colaboraciones; la primera de ellas
relativa a los medios de comunicación, la segunda sobre la
gestión económica desarrollada en sus años como concejal, y
la tercera y última, relativa a los logros alcanzados desde
el tripartito del que formó parte.
El portavoz localista asumió ante la audiencia el
protagonismo en la culminación de diferentes proyectos, pero
obvió deliberadamente citar otros que repercutieron muy
negativamente en el bienestar de los ceutíes. Olvidó
mencionar como su equipo de Gobierno implantó en nuestra
ciudad el sistema más insolidario de recaudación de fondos
públicos (zona azul de aparcamiento). Aprobó la creación de
una nueva figura impositiva, que grabaría la implantación de
nuevas empresas. Fueron los precursores en la contratación
de personal directivo con millonarias cláusulas de recisión
en los contratos o adoptaron diferentes medidas que
propiciaron la posterior venta a Caja de Madrid de la
extinta Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Ceuta.
Sin ninguna duda, esta es la realidad de quien perdió
definitivamente la confianza de sus votantes tras
protagonizar la etapa más oscura de nuestra historia
democrática y que algunos parecen haber olvidado. Una
historia recogida puntualmente en las hemerotecas del decano
de los medios escritos de la Ciudad, el Faro de Ceuta, a
pesar de los infructuosos desmentidos de nuestro
protagonista. Informaciones y cifras que demuestran las
consecuencias de una gestión, que en tan solo dos años y
medio dejo hipotecado el futuro de los ceutíes. En
definitiva, no por mucho repetir una mentira, esta se
convierte en verdad.
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