La intervención del Nobel y
flamante Premio Convivencia, Mario Vargas Llosa en el acto
de entrega del galardón internacional en el Auditorio del
Revellín, ha supuesto un desarrollo amplio acerca de los
valores de la convivencia, el enriquecimiento que la misma
comporta en el ámbito de la diversidad, así como la
importancia de descartar prejuicios, dogmatismos, fanatismos
e intolerancia. Un discurso integrador, tolerante,
universal, en el que destacó la multiculturalidad de razas y
religiones como un valor a proyectar en el conjunto de la
convivencia que conduce a la civilización.
En su docta exposición, Vargas Llosa hizo gala de su dominio
del lenguaje y de una clarividencia notables, rememorando
cómo las naciones más desarrolladas apoyaron su expansión
con la llegada de emigrantes. Por ello, Vargas Llosa no ve
este fenómeno como un problema sino como un fortalecimiento
en el desarrollo interno de los países, si bien también
reconoció que la emigración no puede ser salvaje, ya que
tendría consecuencias contraproducentes.
El pensamiento de tan ilustre orador en referencia a la
convivencia, le llevó a destacar el ejemplo que supone Ceuta
para el resto del mundo y su compromiso asumido con
responsabilidad, al que se vincula a partir de ahora como
Premio Convivencia, por lo que supone para él este galardón
en virtud de lo que representa. Mario Vargas Llosa nos dió
ayer una lección magistral de lo que Ceuta contiene y
exporta en este ámbito. Se mostró asombrado por nuestra
ciudad, por el trato recibido y dijo asumir la enriquecedora
experiencia vivida. Su admiración hacia Ceuta y los ceutíes,
también tuvo nuestra correspondencia y admiración hacia él.
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