Asia Bibi está en la cárcel desde hace 4 años por haber
reconocido ante las muchahas de su pueblo en Pakistán que
Cristo había muerto por ella. El ministro de minorías
cristianas de ese mismo país, Shahbaz Bhatti, declaró que no
tenía miedo de entregar su vida por Jesucristo justo antes
de ser ejecutado. El sacerdote sirio Rayid fue secuestrado y
asesinado en su país por no querer cerrar su parroquia. Son
ejemplos actuales de mártires que, viviendo el cristianismo
en un ambiente hostil, no se han amedrentado ante las
amenazas, sino que han testimoniado su fe. Fernando de Haro
ha denunciado esta mañana que, a pesar de que el martirio es
una realidad actual -en 2001 fueron asesinados 100.000
cristianos-, es silenciado por prejuicios ideológicos.
Y es que, según ha afirmado el periodista, en términos
absolutos hay más mártires que en los primeros siglos de la
Iglesia. Y esta persecución contra los cristianos acompaña
la historia de la Iglesia, y se sitúa en el centro de la
historia actual. Fernando de Haro ha hecho un recorrido por
China, India y los países árabes mostrando que los
cristianos son incómodos, porque señalan algo más allá del
poder estatal y la religión oficial. Incluso en América
Latina, los cristianos ponen en evidencia el populismo que
reivindica toda la verdad en sus culturas particulares. “Los
cristianos muestran que existe una ciudadanía en la que
imperio y religión no van unidos”, ha explicado.
El periodista y escritor ha subrayado la importancia de la
transmisión de la fe, una fe que no es abstracción ni
sentimentalismo. “El mártir muestra un apego a Cristo
presente y real, que es más importante que la vida, y por
eso transmite la fe”, ha afirmado. Como ejemplo, ha hablado
de Li Dao Min, sacerdote católico en un campo de
concentración de China, que sólo con su forma de vivir -no
podía decir que era sacerdote-, convirtió a un compañero de
celda.
La Semana Española de Misionología continuó con una mesa
redonda, en la que participó la doctora en Estudios
Islámicos Sohha Abboud; Daniel Arasa, escritor de
“Cristianos, entre la persecución y el mobbing”; y Tomás Mi,
un diácono chino de la Iglesia perseguida. A continuación,
tres misioneros españoles en Argelia, Sierra Leona y Ruanda,
testimoniaron cómo sufrieron persecución en primera persona
y el martirio de sus compañeros.
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