Así se decretó el lunes para toda
Castilla León durante tres días, a lo largo y ancho de la
comunidad autonómica, tras el desgraciado accidente, en el
que perdieron la vida, inicialmente, nueve personas, que ya
veremos si no hay alguna más.
Y una vez más la carretera se ha cobrado, de un solo
plumazo, la vida de varias personas, a la vez. Era un viaje
normal, no de excursión, tampoco de fiesta, sino de esos que
diariamente hacen algunos de los habitantes de cualquiera de
los pueblos a la capital de la provincia.
El recorrido, todos los días del año el mismo, aunque con
distintos pasajeros, con lo que a cualquiera nos podría
haber tocado, especialmente, si hubiéramos residido en esa
zona de la provincia de Ávila y hubiéramos tenido que ir de
compras, de médico, a renovar el carné de identidad o a ver
a cualquiera de los amigos que hubiera llegado ese día.
Fue esta la noticia que me despertó en la mañana del lunes,
y me llegó desde Ceuta, precisamente, cuando mi amigo Juan
Jesús lo vio en internet y al saber que yo estaba de
vacaciones en Ávila, se interesó por si esto había sucedido
en la zona en la que yo resido o en otra.
Afortunadamente para mí, no fue en la zona en la que yo
estoy viviendo, aunque el autobús de la línea CEVESA era de
la misma compañía que los autobuses que hacen el recorrido
desde mi pueblo a Ávila, Madrid, Plasencia, Béjar ... .Había
tocado en otra parte y no había sido la mejor lotería en
este comienzo de verano, que una vez más, en los últimos
años, se ha cegado con Castilla León, como si esta comunidad
autonómica tuviera alguna cuenta pendiente con la carretera,
puesto que raro es el año que, por estas fechas, no nos
obsequia con estos malditos regalos.
El 8 de julio, para Ávila, para toda Castilla León, pero muy
especialmente para todos los que somos abulenses, pasará a
la historia como una fecha maldita, como un día negro, muy
desagradable, por haberse salido un autobús, en una curva
nada peligrosa, en principio, pero que para este vehículo sí
que lo fue y para muchos de sus viajeros el final de su
vida.
A lo largo de todo el día, lunes 8 de julio, Ávila fue la
cabeza de las noticias. Mejor hubiera sido haber pasado
desapercibidos, en vez de tener que recibir la visita del
ministro del ramo, la visita de la responsable de la DGT,
del presidente de Castilla-León y de todos los medios más
importantes del país.
Se había dado la nota y sin culpa de nadie, porque en esta
ocasión el conductor, un trabajador más de CEVESA, había
salido temprano de casa, había hecho lo mismo que otros
días, había seguido la misma ruta y, en esta ocasión, el
destino le tenía guardada una mala pasada.
En casos como este hay muchas personas que salen perdiendo y
ninguno de ellos por propia iniciativa, todos por estar
allí, en ese instante, pero el que va a quedar marcado, de
por vida, tras este percance, será el propio conductor al
que ya veremos como se le va a tratar, desde ahora, en todos
los pasos que se den por las consecuencias de este
accidente.
Lo que sucede otras tantas veces, el más débil tendrá que
pagar por una desgracia que, de ninguna manera, se ha dado
por ser culpa suya. El destino le tenía guardado esto y a
nueve personas más quedarse en la carretera.
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