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El sindicato Unión General de
Trabajadores denuncia el oscurantismo de los Planes de
Empleo de la Ciudad al no publicarse las listas con los
beneficiarios de los mismos. La opacidad en la adjudicación
es un hecho que critica el sindicato UGT y solicitará
explicaciones sobre este asunto en la próxima reunión de la
Comisión ejecutiva del SEPE. Un asunto como éste, de
extremada sensibilidad social, debería llevarse con luz y
taquígrafos para que no hubiera el menor atisbo de sospecha.
Y muy al contrario, parece solaparse la identidad de los
beneficiarios como si se escondiera algo.
La publicidad de los Planes de Empleo y la capacidad de
recurso ante cualquier anomalía que se detecte, así como la
baremación que se utiliza en los mismos, no puede ser
consecuencia del ocultismo ni una prebenda de nadie, cuando
hay tantos intereses en juego y se requieren unos niveles de
transparencia. En estos casos más que nunca y en las
actuales circunstancias de desempleo y crisis económica es
cuando los políticos han de demostrar que tienen el techo de
cristal y no hay nada que ocultar bajo las alfombras.
El sigilo mueve a la desconfianza y de ésta a la sospecha,
sólo hay un paso. De ahí que se requiera el rigor, la máxima
claridad, la publicidad de las identidades y la exposición
pública de unas listas que ahora más bien parecen el secreto
mejor guardado por su opacidad demostrada. No creemos que
sea éste el mejor método para despejar dudas ni la fórmula
idónea para descartar arbitrariedades o favoritismos.
UGT hace bien en solicitar transparencia y en requerir a
todos los niveles, otros métodos de actuación menos
sigilosos y mucho más diáfanos. El oscurantismo conlleva a
las dudas y al recelo.
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OPINIÓN / EDITORIAL
