TTal vez dé la impresión de ser un tema muy manido a estas
alturas o, quizás, un asunto recurrente para esta Central
Sindical y así hacerse un hueco en los medios de
comunicación. Mas, aún corriendo el riesgo de que alguien
quiera hacer ciertas esas apreciaciones, es imposible
mantenerse callado y dejar que las cosas pasen sin más,
menos aún cuando determinadas actuaciones pueden redundar en
una pérdida de puestos de trabajo y, por ende, en un peor
servicio a la ciudadanía.
Veamos: En su momento, y ya va para dos años casi, se
procedió a la estatutarización de parte del Personal Laboral
que prestaba sus servicios en el extinto Hospital Militar
(Hoy Clínica). Quienes accedieron a dicha estatutarización,
de inmediato, pasaron a prestar sus servicios en el Hospital
Universitario del INGESA. Y aquí la primera apreciación
importante.
Contra lo que se pretendió hacer pensar en algún momento,
dicho personal no supuso una enorme carga económica hacia el
Instituto Nacional de Gestión Sanitaria por cuanto que, pese
a que eso no se ha contado, no fueron con las manos vacías y
extendidas para cobrar. El Ministerio de Defensa transfirió
a su personal junto con su masa salarial correspondiente, o
lo que es lo mismo, Defensa siguió pagando sus nóminas
aunque a través de la nueva Institución, cosa que todavía
viene haciendo.
Y ¿cómo es posible tal cosa? Se preguntará alguno, pues muy
fácil. A la hora de confeccionar los presupuestos del
Ministerio de Defensa, en cuanto al capítulo de personal se
refiere, este personal también cuenta y se presupuesta pero,
como quiera que prestan sus servicios en organismo diferente
y así está previsto, el dinero se transfiere y éste último
es el que paga hasta que llegue el momento que sea
directamente el INGESA el que, a la hora de hacer los
presupuestos, cuente con este personal en lugar del
Ministerio de Defensa. Simplemente, el dinero cambia de
manos y de gestores.
Y aquí viene la segunda apreciación importante: con la
incorporación del personal del Hospital Militar al Hospital
Universitario, lo que se hizo fue UN INCREMENTO DE PLANTILLA
en Atención Especializada del INGESA, pero claro,
aprovechando que pagaba Defensa, en lugar de ampliar la
plantilla, tal y como era preceptivo, lo que se hizo fue
sustituir vacantes, cubrir bajas, etc., etc., pervirtiendo
con ello lo en principio pactado.
No es de extrañar, pues, que se produjera un considerable
ahorro en el capítulo 1 del INGESA al contratar menos
personal procedente de la bolsa; para qué, si ya tenían a
los del militar. Eso nunca debió ocurrir, pero ocurrió. No
obstante, si eso fue malo, peor es lo que se puede avecinar
y que ya está pasando.
Esa mala utilización del personal proveniente de un proceso
de estatutarización ha llevado a que, el INGESA, se quede
con un dinero de los trabajadores de Defensa y, en lugar de
ampliar plantillas, se hayan dedicado a amortizar vacantes
con lo que, de seguir así, pronto igualaremos la situación
anterior en cuanto a falta de recursos humanos se refiere.
Al hilo de lo anterior cabe decir que, después de las
pruebas selectivas realizadas en el reciente proceso de
promoción interna, sospechamos que el citado Instituto tenga
la nefasta intención de amortizar las vacantes residuales
que se puedan producir y, de ser así, el INGESA será una
empresa colaboradora para incrementar las listas del paro de
Auxiliares de Enfermería, Auxiliares Administrativos,
Celadores etc.
Quien sabe, tal vez con ello, alguien pueda disponer de más
fondos para pagar a otro alguien por una mayor
productividad. Evidentemente, nos referimos a un mayor
ahorro en nóminas y un detrimento en plantillas.Por el bien
de la sanidad pública, de los usuarios en general y de los
trabajadores en particular, esperamos que no sea así. Otra
vez la puñetera crisis.
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