En la última sesión del Congreso
de los Diputados de la presente legislatura antes de las
vacaciones de verano, Alfredo Pérez Rubalcaba, Secretario
General del Partido Socialista, espetó a Mariano Rajoy, aun
cuando éste ya lo esperaba, “que el Partido Popular tiene
una nube negra con el caso Luis Bárcenas” que le perjudica,
al mismo partido, al Gobierno y a todo el electorado. Ni que
decir tiene que estuvo cargado de razón y que, con el otro
caso Correa (denominado “Gürtell, o sea, correa en alemán),
con trámites judiciales iniciados en febrero de 2009
dedicados a una presunta red de corrupción política también
vinculada al Partido citado, con “secuelas” barcenianas, que
no es poca coincidencia y que son la punta de lanza de las
que se vale el PSOE para atacar a los populares.
Pero no solo esta “nube negra” se cierne o falta a los
principios políticos de cualquier entidad que quiera
“defender la causa ciudadana” (que así podemos llamar a las
aspiraciones del pueblo que desea ver honradez en sus
gobernantes y bienestar para los electores, o sea, el pueblo
llano). Existen otra nubes negras que también han crispado
al pueblo español: véanse, por citar las mas notables, los
casos Filesa en el que imperaba la corrupción consistente en
la creación de una trama de empresas (Falesa, Malesa, Time
Export, etc…) cuyo fin era la financiación ilegal del PSOE,
estas acciones ya culpadas y sentenciadas, o el “fondo de
reptiles“, absolutamente repugnante, de los Eres de
Andalucía…
Estas son solo unas muestras de las acciones denigrantes
para los políticos y sus partidos. Nubes negras existen en
todas las formaciones y sus integrantes, ya sean locales,
provinciales, autonómicas o nacionales, como continuamente
se vienen publicando en periódicos nacionales.
Y a todo ello Mariano Rajoy calma nuestro pesar con las diez
claves que marcan el camino de la recuperación, cuestión que
apreciamos en todo su valor:
Empleo, reducción del déficit público, superación de las
crisis de la deuda exterior y financiera, mejora de la
financiación, aumento de la inversión extranjera, mas
competitividad, repuntes de los sectores clave como el
turismo y el agroalimentario, menos inflación, mas consumo y
de la austeridad al crecimiento.
Pero lo que demanda el pueblo es la justa sanción a estos
desmanes y que se aclare, de una vez por todas, el último
enredo o, mejor dicho, maraña, de la trama “Bárcenas”
haciendo mesa limpia, caiga quien caiga, hasta poner al
descubierto si hay mas implicados en estos desmanes
(entiéndase beneficiarios de donaciones de empresas al
Partido Popular y contraprestaciones habidas como
consecuencia de estas donaciones). Y no es para menos pues
los hechos aun no determinados, pero presumibles, son como
para que los electores se sientan interesados hasta el
extremo de rechazar y contradecir lo que los políticos
proponen u ofrecen en sus campañas electorales, por aquello
que, según el sabio refrán español, “no es lo mismo predicar
que dar trigo”.
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