La Ciudad de Ceuta, junto a otros lugares de la geografía
española, ha conseguido colarse en el mapa de los destinos
de buceo preferidos del mundo, como así ha adelantado
cincodias.com. “En apenas cinco años esta actividad
deportiva se ha multiplicado por dos”, asegura Rafael
Moreno, gerente de la Red de Estaciones Náuticas. Alemanes,
franceses, británicos y nórdicos son los principales fans de
estos paraísos sumergidos, que también han conseguido
atrapar a los españoles. La mayoría de las agencias de
viajes online, entre ellas Rumbo y Muchoviaje, incluyen en
su oferta salidas para practicar este deporte.
Ceuta ha conseguido colarse en el mapa de los destinos de
buceo preferidos del mundo, como así ha adelantado
cincodias.com. Según la Secretaría de Estado de Turismo, el
año pasado más de dos millones de extranjeros vinieron a
España para practicar buceo, pero también windsurf o pesca,
dejándose más de 2.120 millones de euros. La mayoría de las
agencias de viajes online, entre ellas Rumbo y Muchoviaje,
incluyen en su oferta salidas para practicar este deporte.
El instructor Javier Fernández Lescur sostiene que bucear no
es peligroso, si se adecúa la inmersión a la experiencia de
cada individuo, y recuerda una regla de oro: nunca hacerlo
solo.
Las diez catedrales del buceo en España son:
Ceuta
Dice Rafael Moreno que “Ceuta es el destino de buceo más
exótico de España”. Desconocido para muchos, la confluencia
de las aguas del Mediterráneo y del Atlántico, sus
corrientes y el fondo marino despliegan a lo largo de 20
kilómetros de ese pedazo de costa africana una selecta
representación de vida submarina. Gorgonias Paramuricea
clavata, laminarias o algas verdes de metros, orcas y
ballenas son algunas de las especies de esta zona –una de
las áreas vírgenes de España– recomendada solo para los más
expertos.
Entre las inmersiones más atractivas destacan el Ciclón de
Tierra, el Ciclón de Fuera –plagado de peces limón, brótolas
o el inaccesible erizo Centrostephanus–, y la Cueva del
Coral Rojo. Un espectáculo.
Gran Canaria
El puerto de Mogán es considerado “la meca de los
especialistas del buceo”, según cuenta Georg Wolf, gerente
del centro de buceo Extradivers Gran Canaria. Los seis
barcos hundidos que yacen en la zona son visitados cada año
por multitud de turistas, que además buscan especies como
rayas y mantas. De aguas cristalinas (que permiten ver a 40
metros de profundidad), crustáceos, moluscos y peces, como
roncadores, fulas, bogas, bicudas, peces trompeta, morenas y
angelotes, son especies habituales.
Un instructor aconseja tener siempre presente la regla de
oro del buceo: nunca se debe practicar en solitario
Según los expertos, la Reserva Marina El Cabrón es también
una visita obligada en este edén que, además, cuenta con la
Estación Náutica de Gran Canaria.
Cabo se Palos e Islas Hormigas
Es un reclamo por su riqueza biológica, los fondos marinos y
el clima, que permite bucear todo el año. Área especialmente
protegida de importancia para el Mediterráneo, esta reserva
cuenta con paisajes que combinan posidonia, bloques rocosos
y coralígeno, sobre todo en la zona Bajo de Dentro y Las
Agujas. Al norte, en Roca Partida, los visitantes pueden
bucear entre morenas, rascacios, corvinas y alguna que otra
águila marina. Todo un privilegio.
Asimismo, los restos del llamado el Titanic del
Mediterráneo, El Sirio, que naufragó a principios del siglo
XX con 400 pasajeros a bordo, en el Bajo de Fuera, y el
carguero a vapor S.S. Stanfield, que fue hundido por un
submarino alemán durante la Primera Guerra Mundial, son
también un potente gancho.
Islas Columbretes
Cuentan que este pequeño archipiélago frente a Castellón fue
refugio de piratas. Y debe de ser verdad porque, al
encontrarse a 28 millas de la costa, solo se puede acceder a
él con una buena embarcación. A 80 metros de profundidad
abundan langostas gigantes, meros y arbustos como el
margalló, llentiscle y l’arítjol. Las inmersiones a La
Ferrera SE, el Bajo Piedra Joaquín o Columbrete Grande son
algunas de las favoritas.
A no más de 25 metros se pueden ver corvallos, escórporas o
morenas en La Ferrera; dentones, reyezuelos y tres colas, en
la cordillera, Bajo Piedra Joaquín, y doncellas o tordos y
falso coral en Columbrete Grande. Cerca está la estación
náutica de Benicarló-Peñíscola.
El Hierro
Mausoleo del buceo español, esta isla volcánica, Reserva de
la Biosfera, es un imán para submarinistas de todo el mundo
pese a la erupción de 2012. A la cabeza en inmersiones, La
Restinga, también conocida como Mar de las Calmas, es famosa
por sus cuevas y sierras subacuáticas.
El Bajón es la inmersión estrella pese a su dificultad. A
300 metros de la costa, en este macizo montañoso se puede
bucear con mantas, bicudas, chopas y medregales; en La
Herradura, con peces trompeta y muriones, mientras que El
Desierto destaca por el conocido mero Pancho, que ha
acompañado durante años a los buceadores.
Islas Medas
Grutas impresionantes llenas de coral rojo, paredes
cubiertas de gorgonias y peces de gran tamaño son algunos de
los atractivos de la reserva marina Islas Medas, un
archipiélago de siete islas e islotes a una milla de la
costa de l’Estartit (Gerona). Su cercanía a la desembocadura
del río Ter, las corrientes del norte y su compleja geología
propician praderas de posidonia, coralígeno, grandes
paredes, túneles cársticos, etc. Tascons, La Cova del Dolfi,
el Túnel de la Vaca o Pedra de Déu son puntos muy apreciados
de esta zona, donde también hay una estación náutica. Cabo
de Creus es otro de los lugares más valorados por los
entendidos.
Cabo De Gata
Es uno de los destinos más hippies de Europa. A menos de una
milla de la costa, la Piedra de los Meros (frente a la
Isleta del Moro), una laja rocosa con 45 metros de altura,
está plagada de paredes verticales y grietas donde se
refugian abadejos, morenas y enormes congrios y nacras y
clavelinas. En este lugar los turistas bucean junto a
pulpos, corvallos y, a veces, junto a peces luna y águilas
de mar. En Carboneras, el cráter de San Andrés, donde se
encuentran los restos de un bombardero inglés de la Segunda
Guerra Mundial, es otro de los atractivos de este parque
natural.
Menorca
La Cueva de Es Pont d’en Gil tiene fama internacional por
sus grutas submarinas. Una larga lengua de tierra, al sur
del Cap de Menorca, bajo cuya punta se abre un puente
natural que permite el paso de embarcaciones. Esta cueva,
que se adentra más de 200 metros hacia tierra, permite el
acceso a varios sifones submarinos y a varias cámaras
aéreas, donde se puede disfrutar de estalactitas,
estalagmitas y columnas iluminadas por la luz exterior.
Cala Rafalet, en la costa sur, la cueva Bonica o la Reserva
Marina de la Costa del Norte, donde habitan peces martillo,
coral rojo, así como 628 especies de algas, peces y
moluscos, son muy recomendables para hacer inmersiones en
esta isla, que cuenta con una estación náutica. En Baleares,
la isla de la Cabrera también es considerada un destino top.
Islas Cíes
Un edén sumergido. Así lo llaman muchos de los visitantes
que conocen sus profundidades. Este archipiélago, formado
por Monteagudo, Montefaro y la isla de San Martiño, es,
junto a La Cabrera, el parque nacional español con mayor
espacio protegido bajo las aguas (85%). Bosques de quelpos,
arrecifes, lagunas, crustáceos, peces o reptiles marinos
como el delfín mular, marsopas o tortugas laúd son solo
algunas de las especies habituales.
En el bajo de Biduídos esperan impresionantes cañones,
corales y bancos de peces. En Forcados, paredes verticales
cubiertas de gorgonias, bosques de laminarias,
concentraciones de espirógrafos, así como maragotas,
serranos, pulpos y bancos de jureles forman parte de la
flora y fauna de esta joya de las Rías Bajas.
Lanzarote
La isla de los mil volcanes prolonga su paisaje de lava
negra debajo de las aguas. Al norte, el archipiélago Chihijo,
la playa de Famara y Costa Teguise son inmersiones conocidas
internacionalmente, así como la isla de la Graciosa, la
reserva marina más grande de Europa. Ya en el sur, Risco
Negro, un arrecife de origen volcánico plagado de orificios
y bandejas de piedra, es explorado por todo tipo de
buceadores.
|