La actividad policíal en la
jornada de ayer fue intensa y eficaz: el tiroteo en la calle
Bentolila con un herido que permanecía ayer en estado grave,
la detención en la zona del Tarajal de uno de los
delincuentes más buscados y la localización de un maleta en
la Gran Vía, que provocó la psicosis de un supuesto acto
terrorista y que resultó ser una falsa alarma, desencadenó
una intensa jornada, que no hace mas que advertirnos que no
se puede bajar la guardia y que nuestras Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad del Estado han de estar muy atentos a cualquier
“movimiento”, a pesar de que aún haya quien se alía con el
delincuente, como ese grupo de treinta o cuarenta personas
que apedrearon a los policías que se lanzaron al agua para
dar “caza” al “delincuente” que trataba de escapar.
No se entiende a aquéllos que se alían con quienes muestran
conductas al margen de la ley y ven a la policía como
enemigos. Ni se entiende ni es razonable justificar ese tipo
de actuaciones contra quienes son defensores de la ley. Esos
grupúsculos, tal vez, con tendencias al desorden, al caos, a
la anarquía, no representan a nadie nada mas que a ellos
mismos y se definen por sí solos. En Ceuta no puede haber
dos bandos: solo cabe posicionarse desde el ámbito de la
legalidad y no en otro estadio para reclamar luego, lo que
no cabe en un Estado de Derecho o en la Constitución. En un
sistema democrático no puede tener cabida ni un ápice de
signo violento o delictivo como tampoco se puede vilipendiar
a los garantes de la legalidad. Otra cosa será que, quienes
tienen asuntos pendientes o teman tenerlos en un futuro, se
prodiguen con esas conductas que no tienen defensa posible.
Quienes garantizan nuestra seguridad también lo hacen con
nuestros derechos.
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