El descenso del paro en 363 personas en el último mes, no
supone para los sindicatos un dato positivo al que
aferrarse, ya que la lectura que hacen de este fenómeno es
de un mero espejismo, porque la situación de desempleo
estructural que padece Ceuta y la ausencia de tejido
productivo no dan salida.
Los 12.355 parados que todavía hay en nuestra ciudad, pese a
que sean un 2,85% menos que en mayo y que se rompe la
tendencia al alza, no es nada alentador para el sector
sindical que ven un verdadero espejismo en estos datos, ya
que son los Planes de Empleo los que hace fluctuar esta
situación, en una ciudad como ésta, donde la situación de
desempleo es de carácter estructural y la ausencia de tejido
productivo, evidente.
Este sombrío panorama no hace albergar muchas esperanzas, a
no ser que, de cara al futuro se arbitren mecanismos que
estimulen la actividad productiva. De hecho, el descenso de
363 personas no se ve como que hayan encontrado empleo, sino
más bien porque ha podido darse el caso de una serie de
personas que se han cansado de acudir a las oficinas de
empleo. La época de verano es propicia para empleos
temporales y para el mes próximo, con la puesta en marcha
del Plan de Empleo Juvenil, es lógico aventurar que esos 396
nuevos trabajadores hagan bajar las cifras, aunque quedan en
desempleo los trabajadores del Plan de Empleo de la
Delegación del Gobierno, que son más de 900, lo que supone
que habrá una diferencia de cerca de 600 parados más el
próximo mes.
Para el sector sindical es probable que Ceuta haya tocado
techo ya a nivel de desempleados y que, en adelante, las
cifras de demandantes de trabajo no sean tan escandalosas
como lo han venido siendo hasta ahora. La realidad es que no
hay creación de empleo en Ceuta, porque ¿qué empresa no está
destruyendo empleo, en estos momentos?
Aunque haya una menor demenda de empleo, para los
sindicatos, no es una situación en la que se puedan “tirar
cohetes” porque es engañosa.
Por otra parte, desde el ámbito sindical se critica que no
ha habido políticas activas de empleo, sino políticas de
estímulo, provenientes de los Fondos de Cohesión, desde el
ámbito comunitario y si no hay tejido productivo capaz de
generar actividad económica, en opinión de los sindicatos,
no hay empleo. Una situación que ha de cambiar de cara al
futuro.
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