Quienes me conocen saben de mi
especial inclinación por una modalidad deportiva que ha
marcado mi vida desde muy temprana edad, desde que mi padre
pusiera en mis manos hace muchísimos años mi primera
raqueta. Por ello, desde este pequeño espacio de opinión,
compartir con ustedes mi agradecimiento a quien facilitó mi
formación como persona, me permitió alcanzar objetivos nunca
soñados y me facilitó acceder a un puesto de trabajo, hace
ya 25 años, a través de una disciplina que tantos triunfos
ha dado al deporte español y a mí personalmente, el tenis.
Gracias papá.
Un sueño que comenzó en mi niñez y que hoy tiene continuidad
a través de la ilusión de un hijo, que parece haber heredado
el amor por esta modalidad deportiva. Hoy comienza su
primera participación en una competición nacional, el
Campeonato de España de Tenis Alevín. Desde el nacimiento de
Juan Carlos la raqueta de tenis siempre ha estado presente,
desde su primera Yonex, regalo de Mustafa Amechrak, mi
primer entrenador, hasta las actuales Babolat Aeropro Drive
Junior con las que se enfrentará a duros rivales. Sin
ninguna duda, compartiremos ilusiones, alegrías, pero
también decepciones
Una primera experiencia que compartiremos con la familia
Mohamed, con mi amigo Yasin y su hija, también jugadora y
compañera de entrenamiento de mi hijo Juan Carlos, Liriah.
Durante unos días compartiremos un sueño que esperamos
alargar en el tiempo. Padre y entrenador, unidos en una
misma persona, compartirán labores, aunque siempre sin
olvidar el carácter formativo de la práctica deportiva. En
definitiva, hoy emprendemos un camino cuyo final
desconocemos, pero que sin ninguna duda estará repleto de
amor, de amor paterno. Un amor paterno creciente generación
tras generación.
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