La campaña de “rebajas” que hoy se
inicia, supone para el sector comercial un respiro y una
fórmula de captación de clientela para superar la dura
“travesía del desierto” de un semestre que, en palabras del
responsable del Centro Comercial Abierto, ha registrado unas
pérdidas importantes que se acumulan al 40% contabilizado en
las pasadas Navidades, cuando la supresión de la pega
extraordinaria a los empleados públicos, asestó una
“puñalada” mortal a la actividad comercial que acusó el
“golpe”. No en vano, que un colectivo de 2.200 empleados de
la Ciudad Autónoma y otros tantos de la Administración
General del Estado se vieran afectados por la mencionada
pérdida económica, tuvo su negativa repercusión en nuestro
comercio.
La campaña de verano se vislumbra con otras perspectivas,
aunque la celebración del mes sagrado del Ramadán, incidirá
negativamente en la actividad comercial, pese a que siempre
queda la esperanza del repunte que suponen los días
posteriores de fiesta y celebración en el colectivo
musulmán, lo que propiciará también la llegada de turistas
desde el vecino país. En cualquier caso, los empleados
públicos no sufrirán, de momento, recortes en sus sueldos y
ello redundará en que habrá más dinero circulante.
No podemos olvidar que vivimos tiempos de austeridad y los
precios, igualmente, han de adaptarse a las circunstancias
actuales, en las que el entusiasmo por gastar dinero no es
tan generoso como en épocas precedentes, por lo que los
comerciantes han de ajustar sus precios al margen de las
“rebajas” para situarse en unos niveles competitivos,
evitando la pérdida de clientela que busque mejores precios.
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