Fue la descripción que una persona
me dió al leerme, algunos de mis articulos y algunos de mis
comentarios en las redes sociales, y me distinguian con ese
toque de mescolanza cultural y racial, que sabía valorar lo
bueno y lo malo, entre lo humano y lo divino.
Las farolas encendidas me dicen que están a las claras del
día, y las multas por llevar un movil en la mano, aunque no
lo uses, son de cuatrocientos euros...
Cuatro individuos, se dieron en un coche a la fuga, eran las
oscuridades de la noche, en la Barriada de Hadu, miradas
amarillas, miradas encendidas por los callejones, una
muchacha, golpeada por otro coche, inconsciente y sobre el
volante, sangrando, y mientras nadie, mira tu que casualidad
no recordaba nada, de quien la golpeó, los que son
guardianes de la luna, se llevaron el móvil LG- L5 .
Digo esto, porque uno presume a gala, de lo que ha sufrido
por los prejuicios raciales, pero no hoy dia, donde gracias
a Dios todos tienen derecho a todo, antes, en los tiempos
duros, del ordeno y mando por la Gracia de Dios, te
humillaban hasta cuando ibas a pagar un recibo y leian en
voz alta, el nombre de tu padre...
La crispación social, los controles, las multas a destiempo,
los Cuerpos de Seguridad, que ya se ve, se meten en
jurisdicciones que son de otras Unidades, y se piensa uno
que quizá, otros lares , están dejados de la mano de Dios y
eso mismo proclaman a los cuatro vientos, sus dirigentes
vecinales.
Gracias a la Policia Local, que cuando la chica se recuperó
y los vió pasar, les hizo señas, para requerir el auxilio y
socorro, desde aquí una vez más mi felicitación y
agradecimiento a La Policia Local de Ceuta.
El lado canalla, que nunca me imaginé me fueran a felicitar,
por esa ironía, ese cinismo en describir las cosas que a
diario pasan, en nuestra tierra, como dijo Lopez Anglada,
que era la niña Ceuta que a la madre España, se le escapó de
la mano..
En nuestra dulce alegre y marinera, nos guste o no,
convivimos las cuatro culturas, y nos necesitamos los unos
de los otros, los que nos creamos que estamos en el bando
malo, en el bando bueno, ni el desprecio ni la marginación.
Y el que se crea superior a los hechos me remito, cuantas
veces hemos compartido en la Cruz Roja antigua, una
habitación con tres camas, gente ingresada y nos ayudabamos
en las angustias de las noches, de tantas razas y culturas,
y luego nos hicimos amigos, y nos deciamos, ay colegas,
tanto nos contamos ingresados, si somos caballas, y somos de
aqui, y antes de vernos en el Hospital, tanto nos chuleamos
alguna vez, sacando el lado canalla.
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