Desde los atentados de Atocha han sido numerosas las
detenciones de yihadistas en España. La mayor parte de las
operaciones se ha dirigido contra células de apoyo logístico
para el reclutamiento, adoctrinamiento y envío de radicales
a zonas de conflicto como Afganistán, Irak o Siria. Otras
muchas han conseguido desarticular grupos encargados de la
financiación de la red de Al Qaeda. Sin embargo, también se
han abortado planes de ataque contra objetivos en España y
otros países europeos. Además, en el marco de estas acciones
antiterroristas, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del
Estado han conseguido capturar a individuos implicados en el
11-M. La última operación se ha ha llevado a cabo en Ceuta
el pasado día 21 de junio. Esta es la cronología de las
principales actuaciones policiales.
Entre octubre y noviembre de 2004 se desarrolló, en dos
fases, la Operación Nova, dirigida por el juez de la
Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, en la que se
desarticularon dos células islamistas compuestas por 37
individuos que pretendían atentar contra edificios
emblemáticos de Madrid, como la Audiencia Nacional, la
estación de Príncipe Pio o el Santiago Bernabéu. Entre el 13
y el 14 de diciembre de 2004, una acción policial incluida
dentro de la Operación Nova acabó con la detención de tres
argelinos, dos en Vitoria y uno en Teruel, acusados de
organizar una célula yihadista para cometer atentados. Dos
marroquíes relacionados con los atentados del 11-M fueron
arrestados en Madrid.
El 17 de diciembre de 2004, una operación ordenada
conjuntamente por los jueces Garzón y Del Olmo desarticuló
en Lanzarote una célula de cuatro miembros del Grupo
Islámico Combatiente Marroquí, que preparaba su base
logística en la isla canaria tras la detención de miembros
de su grupo en Francia y Bélgica. Uno de sus integrantes
estaba implicado en los atentados de Atocha, mientras que
otro guardaba relación con los atentados de Casablanca
(Marruecos) en 2003. La documentación requisada permitía
concluir que preparaban atentados en Europa contra grandes
aglomeraciones de personas.
El 22 de marzo de 2005, dos presos preventivos en la cárcel
de Ceuta fueron acusados de vinculación con el terrorismo
islamista, al serles intervenidos planos detallados del
ferry Ceuta-Algeciras y otros documentos que hacían
sospechar que planeaban un atentado.
El 1 de abril de 2005, 13 personas fueron detenidas en la
Operación Saeta, desarrollada en varias localidades
madrileñas. Los arrestados fueron acusados de
adoctrinamiento terrorista y de implicación en los atentados
de Atocha.
El 15 de junio de 2005, la policía lanzó las operaciones
Sello y Tigris contra el terrorismo islámico, desarrolladas
en Madrid, Valencia, Cádiz, Ceuta, y los municipios
catalanes de Barcelona, Santa Coloma de Gramanet, Sabadell y
Villafranca del Penedés. La primera de ellas condujo a la
captura de cinco integristas que habían ayudado a huir a uno
de los suicidas de Leganés y enviaban terroristas a Irak. En
la segunda operación, fueron detenidos 11 yihadistas,
también acusados de organizar la captación, adoctrinamiento
y envío de terroristas a Irak.
El 9 de diciembre de 2005, la Operación Green de la Guardia
Civil detuvo a siete argelinos acusados del robo en
urbanizaciones de lujo en la Costa del Sol para prestar
apoyo económico a una facción argelina de Al Qaeda, así como
de haber financiado ataques terroristas contra las tropas de
la OTAN desplegadas en Afganistán. El 4 de julio de 2006
otro argelino fue detenido en Valencia por este mismo
motivo.
El 10 de enero de 2006, agentes de la Policía Nacional y la
Guardia Civil detuvieron a 20 personas en Vilanova i la
Geltrú (Barcelona), Madrid y Lasarte (Guipúzcoa), acusadas
de pertenecer a dos células islamistas dedicadas a enviar
terroristas a Irak. Ambas redes estaban relacionadas con el
Grupo Islámico Combatiente Marroquí, implicado en los
atentados del 11-M y Casablanca, y el Grupo Salafista para
la Predicación y el Combate.
El 12 de diciembre de 2006 fueron detenidos 11 yihadistas en
Ceuta, en el marco de la Operación Duna, cuando los
investigadores de la policía consideraron que los miembros
de la célula radical planeaban pasar del discurso fanático a
la acción terrorista contra un polvorín y el recinto ferial
de la ciudad
El 5 de febrero de 2007 fue detenido en Reus (Tarragona) un
islamista acusado de planificar acciones terroristas en
Marruecos y captar a jóvenes dispuestos a cometer atentados
suicidas en Irak.
El 24 de julio de 2007, dos ciudadanos sirios fueron
detenidos por orden de la Audiencia Nacional, acusados de
blanquear dinero para financiar el terrorismo islamista.
El 19 de enero de 2008 la Guardia Civil detuvo en Barcelona
a 11 paquistaníes, acusados de planear atentados suicidas
contra el metro de la ciudad catalana en respuesta a la
presencia de tropas españolas en Afganistán. La colaboración
de los servicios secretos franceses con el Centro Nacional
de Inteligencia (CNI) resultó fundamental para desbaratar el
plan terrorista. A los detenidos se les intervino material
para la fabricación de explosivos.
El 10 de junio de 2008, la Policía Nacional detuvo en
Barcelona, Castellón y Pamplona a ocho argelinos. La
denominada Operación Submarino desarticuló una célula
islamista relacionada con la financiación del terrorismo
internacional, la captación de yihadistas y el apoyo
logístico a integrantes de grupos pertenecientes a la
estructura de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). El 1 de
agosto otro hombre fue detenido en Alicante acusado de ser
el responsable de las actividades logísticas y financieras
de este grupo.
El 1 de julio de 2008, cuatro presuntos financiadores de Al
Qaeda fueron detenidos en Huelva y en Guipúzcoa por la
Guardia Civil, y se desarticuló una célula radical vinculada
a la financiación del terrorismo islamista, singularmente a
través del Reino Unido. Los detenidos obtenían el dinero de
negocios vinculados a la delincuencia común (falsificación
de documentos y de ropa o tráfico ilegal de vehículos).
El 17 de febrero de 2009, la policía detuvo en Granada a un
militar y a su novia, de origen ruso, acusados de editar y
difundir vídeos de contenido yihadista en los que se
incitaba a cometer atentados en España y en los que llamaban
a recuperar Al Andalus. Los arrestados en esta operación,
dirigida por el juez Garzón, actuaban con identidades
ficticias y habían colgado 11 vídeos en un portal de
Internet.
El 5 de marzo de 2009, la Guardia Civil detuvo en Tarragona
a un joven marroquí por su presunta vinculación con la banda
yihadista denominada Fatah Al Andalus, que preparaba
atentados contra intereses turísticos en Marruecos. Según
los investigadores, propuso cometer atentados en España.
El 21 de mayo de 2009, la policía detuvo en Bilbao a 12
argelinos de Orán y a un iraquí, todos investigados por
presunta financiación de las actividades terroristas de AQMI
en Argelia a través de narcotráfico y robos.
El 14 de noviembre de 2009, la Guardia Civil detuvo en
Pamplona a un ciudadano argelino presuntamente relacionado
con una organización islamista con ramificaciones en varios
países europeos. El arrestado, contra quien pesaba una Orden
Europea de Detención, prestaba apoyo logístico y financiero
a células yihadistas argelinas. El arresto se produjo en el
marco de un operativo internacional coordinado por Italia en
el que fueron detenidas 10 personas.
El 30 de noviembre de 2009, ocho paquistaníes fueron
detenidos en Barcelona por su presunta vinculación con redes
del terrorismo islamista en Pakistán. Los arrestados
falsificaban documentos, en especial pasaportes, que eran
enviados a países asiáticos para su posterior utilización
por parte de grupos yihadistas paquistaníes, entre ellos, el
grupo Lashkar e Toiba, acusado de perpetrar los atentados de
Bombay en 2008. La operación también incluyó detenciones en
otros países europeos.
El 28 de agosto de 2010, la Guardia Civil detuvo en Alicante
a un marroquí por su presunta relación con Al Qaeda. El
arrestado, que llevaba siete años en la provincia,
supuestamente reclutaba a aspirantes a terroristas a través
de Internet, y también colaboraba en la financiación del
terrorismo. Además, se le acusó de haber actuado como
facilitador de rutas de tránsito de posibles yihadistas
hacia zonas de conflicto como Afganistán, y como coordinador
de envíos de voluntarios a esas zonas.
El 17 de agosto de 2011, un marroquí fue detenido en La
Línea de la Concepción (Cádiz) por su presunta relación con
la red terrorista AQMI. Se le acusó de ser el administrador
y probable propietario de un foro yihadista en el que había
manifestado que quería envenenar reservas de agua para
consumo humano en complejos turísticos y viviendas. También
fue acusado de pertenencia a banda armada por las conexiones
detectadas con AQMI.
El 27 de marzo de 2012, un hombre de nacionalidad saudí
residente en España fue detenido en Valencia por la Guardia
Civil. Mudhar Hussein Almaliki, conocido como el
bibliotecario de Al Qaeda, era miembro activo de importantes
redes globales de apología de la Yihad. Según las
investigaciones, pasaba casi todo el día encerrado en casa
dedicado a la gestión de webs de adoctrinamiento y captación
de terroristas que también facilitaban el transporte de
muyahidin voluntarios a países como Afganistán.
El 26 de junio de 2012 fueron detenidos en Melilla dos
individuos relacionados con la secta integrista Takfir wal
Hijra (Anatema y Exilio), acusados de un doble asesinato en
Marruecos en 2008.
El 2 de agosto de 2012 tres presuntos miembros de Al Qaeda
de origen checheno fueron detenidos en Cádiz y Ciudad Real.
La policía sospechaba que estaban planeando cometer un
atentado en España o en otro lugar de Europa y la operación
se anticipó ante la posibilidad de que salieran del país.
Aunque en su momento el ministro del interior, Jorge
Fernández Díaz, convocó una rueda de prensa donde dijo que
los sospechosos contaban con explosivos suficientes “para
volar un autobús”, el 25 de marzo de este mismo año los tres
supuestos terroristas fueron puestos en libertad por falta
de pruebas.
El 12 de febrero de 2013, el juez Javier Gómez Bermúdez
envió a prisión a Mohamed Echaabi, presunto miembro de Al
Qaeda de 22 años detenido en Valencia. En su auto, el juez
consideraba a Echaabi como un lobo solitario, mientras que
fuentes de Interior lo acusaron de estar supuestamente
planeando atentar contra un alto cargo árabe en España y
otros objetivos.
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