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OPINIÓN - VIERNES, 28 DE JUNIO DE 2013

 
OPINIÓN / COLABORACION

Carta a un funcionario en tiempos
de ignorancia y mala intención (I)

Por Adeces


Corren malos tiempos para los ciudadanos que decidieron en una etapa de su vida invertir en su futuro, labrarse un puesto de trabajo a costa de muchas horas en vela, fines de semana y fiestas estudiando, y jornadas laborales de 10 y 12 horas sin sueldo, para obtener un empleo en la administración pública.

Se nos llena la boca de palabras como esfuerzo, sacrificio, responsabilidad… ¿Hay mayor sacrificio que “renunciar” a tu vida durante meses o años para conseguir una estabilidad laboral?

Si, corren malos tiempos para los funcionarios, esa “casta privilegiada” a la que algunos han convertido en la diana de sus críticas.

En definitiva, corren malos tiempos por la mala intención de los malintencionados o la atrevida ignorancia de los ignorantes, desde la que se censura a los funcionarios, manejados por un discurso oficial simple, maniqueo y que les pone en la picota.

Malintencionados o ignorantes que quieren no saber: no saber cuál fue el origen de la función pública moderna, no saber por qué se creó, no saber que eso de reformar la administración pública tiene poco que ver con recortarla y mucho que ver con otras cosas más complejas, pero más útiles.

Malintencionados o ignorantes que quieren no saber que España nunca se ha caracterizado por tener una administración pública excesiva.

Malintencionados o ignorantes que no quieren saber que tampoco hemos tenido un empleo público alarmante es sus distintas modalidades (salvo la libre designación, pero esta es otra historia de la que ni tan siquiera estamos seguros, aunque intentamos averiguar la verdad con datos).

A todos ellos les dedicaremos la segunda parte de esta entrada, pero hoy a vosotros funcionarios y empleados públicos queremos agradeceros vuestra labor, que desempeñáis no siempre en las mejores condiciones, y que hace la vida de los ciudadanos más vida más agradable, interesante, sana y segura.

Gracias a los MAESTROS por orientar nuestra vida desde la más tierna infancia, por abrirnos las puertas al conocimiento y por enseñarnos a cuestionarnos las cosas desde distintos puntos de vista. Os agradecemos el enseñarnos a razonar y darnos la libertad que entrañan los libros.

Gracias al PERSONAL SANITARIO (auxiliares, celadores, enfermeras, médicos…) por acompañarnos en los peores momentos con una sonrisa, una frase de cariño y vuestra experiencia acumulada a lo largo de los años.

Gracias a los CUERPOS DE SEGURIDAD por protegernos, por acompañarnos en situaciones límites (maltratos, personas desaparecidas…) por estar en vela para que el resto de la sociedad pueda descansar.

Gracias a los FUNCIONARIOS que día a día desempeñan labores diversas en los ministerios, oficinas de hacienda, delegaciones del gobierno, oficinas de la seguridad social, oficinas de desempleo, juzgados, centros penitenciarios, etc. Gracias por seguir facilitándonos gestiones, trámites y explicaciones al tiempo que lidiáis con acusaciones de “vagos o incompetentes que viven del erario público” que a fuerza de repetirse como un mantra pretenden convertirse en realidad.

Cuando comprendamos que es indispensable el esfuerzo y la preparación para acceder a un puesto de trabajo, entonces empezaremos a valoraros. Quizá, entonces, superando la mala intención y la ignorancia miraremos a otro sitio y nos preguntaremos, con sentido crítico, si todos los servidores públicos están a la altura de las circunstancias. Quizá, entonces, recordaremos la frase “que buen vasallo, si tuviese buen señor”. A todos vosotros nuestro sincero apoyo y reconocimiento a vuestro trabajo.
 

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