Coincidiendo con la clausura del curso en el Centro Ecuestre
Ciudad de Ceuta, quisiera aprovechar la ocasión para
felicitar y dar mi enhorabuena a todo el maravilloso equipo
humano que lo conforma, por el esfuerzo y la dedicación con
la que día a día trabajan desarrolando una estupenda labor,
permitiendo que nuestros hijos disfruten a la vez que
desarrollan valores tales como la amistad, la solidaridad,
el respeto y el compañerismo, entre muchos otros.
Hemos venido obsevando como el Centro Ecuestre se ha visto
envuelto en una constante de ataques en prensa, los cuales
considero como madre de alumna, totalmente infundados e
interesados. En estos artículos se habla de falta de
cualificación del personal, peligro de la integridad de los
alumnos y muchísimas más sandeces, que a mi parecer, no
tienen sentido alguno, después de haber podido comprobar con
mi propia experiencia que nada de esto es real.
Dicho esto, voy a contar mi vivencia personal con esta
escuela. Mi familia y yo vivíamos en Madrid, donde montar a
caballo era algo totalmente impensable debido al alto coste
económico. Por circunstancias diversas, nos trasladamos a
Ceuta y, rápidamente supimos que montar a caballo era una
actividad subvencionada. Sin dudarlo inscribimos a nuestra
hija ya que desde hacía mucho tiempo tenía ilusión por
practicar este deporte. Sus primeros años fueron en poni
manejabilidad a cargo del director de la instalación, Javier
Pérez. Más adelante pasó a manos de Chico (Francisco Javier
García), que sigue siendo su monitor actual. Gracias al
trabajo realizado por cada una de las personas, que dedican
su tiempo y sus conocimientos a nuestros hijos, tanto mi
hija como el resto de compañeros han tenido la posibilidad
de aprender las tecnicas de esta actividad, de iniciarse en
el mundo de la competición y lo que es muchísimo más
importante, han hecho de este deporte su pasión, llegando
incluso a convertir el centro en su segunda casa, algo que
para mí es excepcional debido al buen ambiente en el que se
desenvuelven y los valores que les inculcan.
Por todo ello y para concluir me gustaría agradecer
públicamente a todo el equipo del Centro Ecuestre Ciudad de
Ceuta y, en particular, a su director Javier Pérez, su
entrega y dedicación a tantisimos alumnos. Les animo a
seguir trabajando como hasta ahora, porque gracias a ellos
muchos jóvenes de esta ciudad pueden tener el privilegio de
disfrutar de este precioso deporte.
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