Me refiero a los manifestantes del
pasado domingo, 16-J, y es que Ceuta, especialmente cuando
hay unos sindicatos, en torno a cualquier asunto, se apartan
de ellos, como el gato del agua escaldada.
Esto por un lado, pero si a ello le unimos el que hacía un
día de playa espléndido, lo normal para “el señor Andrés” es
que acompañara a su esposa “la señora Ramona” a la playa,
con lo que lograba la buena señora dos cosas al mismo
tiempo, empezar a tostarse un poco y no tener que quedarse
en casa cocinando el domingo, también.
Son razones más que suficientes para no estar en la
manifestación que, una vez más, en Ceuta fue un fracaso.
Y los titulares de la manifestación eran atractivos, esto no
lo puede dudar nadie: “Por el empleo y la protección
social”, pero la concienciación de eso aquí en Ceuta,
especialmente, queda, todavía, muy lejos de haber calado en
tantos y tantos como están en el paro. Eso también hay que
decirlo.
Pero lo que también se dice y más que decir se hace en estos
casos es que “salir de procesión por las calles de Ceuta
cogidos del brazo de Aróstegui y sus secuaces no es lo más
atractivo” y, también, por eso hay muchos que no asisten
sistemáticamente, yo por ejemplo, que en este caso no estaba
aquí el domingo, pero que si hubiera estado tampoco habría
asistido.
Ya desde el propio sindicato de CCOO se veía con claridad
que no tenía color la llamada que habían hecho y reconocía,
en plena manifestación “somos muy pocos pero estamos en la
calle para dejarnos oír”.
Bueno, eso de oír depende, ver no tanto.
Que con una situación como la que hay, en Ceuta también, con
unas reivindicaciones como las propugnadas, tan sólo fueran
a la manifestación unas 100 personas, es como para pensar
que aquí los sindicatos son “un cero a la izquierda”, son
rechazados, o que la imagen que se ofrece no se corresponde
con la auténtica realidad y que cada uno lo interprete como
quiera.
La interpretación de los sindicatos es que “es un poco
triste ir a remolque de lo que otros trabajadores hacen en
las distintas ciudades españolas”.
Yo tampoco me creo mucho estas frases, porque en ciudades
con un número de habitantes reales como Ceuta el número de
participantes no suele ser mucho más grande y si hay alguna
ventaja en cuanto al número será porque ese día y a esa hora
no tienen algo mejor que hacer.
Además, el personal ya está harto de que, a cada paso,
estemos haciendo de las ciudades “verdaderos manifestódromos”
que una vez serviría de algo, pero que a cada paso volvamos
a las mismas lo único que hace es molestar.
Ah, y que nadie se equivoque, si hay algún sindicalista que
piensa que van a hacer cambiar de su idea a Europa se están
equivocando, porque que los Toxo, Cándido Méndez, Aróstegui
y compañía salgan a pasear sus estandartes de UGT o CCOO van
listos si piensan que tienen alguna fuerza. Hoy por hoy,
aquí los sindicatos están desprestigiados y en Europa más de
lo mismo allá donde actúan como estos aquí. Los líderes de
los sindicatos españoles, fuera de nuestras fronteras son
estimados lo mismo que “el pelo de una castaña”.
Y como esta ha sido un fracaso que vayan buscando otra fecha
más llamativa para la nueva manifestación. Estos son capaces
de fijar el 15 de agosto, porque el 18 de julio ya cantaría
demasiado.
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