Atrás quedaron los ecos de una
Jura para todos y todas que se siguen sintiendo Patriotas de
verdad, en el marco incomparable de las Murallas Reales,
donde en un corto tiempo de lo que dura el ascenso al
Generalato, he presenciado como sus Murallas, eran pañoles
del condestable, donde el Ramix-30 al estampido, celebraba
su Aniversario de Artilleria. Luego, no podía caminar porque
tanto pesaba mi Tarbuc, mi Sulhan , el Alquicel, la Scara,
el Fajin, mi sable de Capitán, y no podía caminar aquella
tarde, por el Jardin de la Argentina, como no podia caminar,
Fiel Soldado Regular, si mi uniforme, cumplia, Cien Años de
Heroísmo.
No acudí a la Jura, ya tuve la mia en la Armada,
posteriormente en el paso del tiempo, la de las Cuatro
Culturas, y mi bautizo Legionario , este año en Viator, en
la Base Alvarez Sotomayor con el gorrillo en la mano, y el
brazo en alto, grité a los cuatro vientos en la tierra de
mis abuelos. ¡ los tres vivas reglamentarios ! .
Entre medias, los mensajes eran de cariño, afecto y
satisfacción por dos Jefes y Generales, que tanto entusiasmo
y aprecio, despertaron en mi , el que fuera Coronel DEM, de
la Comandancia General de Ceuta, Don Juan Gomez de Salazar,
había alcanzado otra estrella para su fajín de General, ya
era General de División, y el que fuera General Jefe de la
Brileg, Don Juan Bautista García Sanchez, ya tenía otra
estrella más a las dos que portaba en su bocamanga, tras
pasar por las Fuerzas Ligeras, ya es Teniente General y
nombrado Jefe del Mando Logistico de Apoyo al Ejercito de
Tierra.
Por cuanto sus bríos y entusiasmos y las energías que nos
trasmitieron, traigo a estas líneas el cariño de sus méritos
contraidos, llegamos al Izado de Bandera, como broche final
al dia de Las Fuerzas Armadas.
La Plaza de Africa, se encontraba abarrotada y mientras se
engalanaba la Parroquia de Nuestra Alcaldesa, para una boda,
los asistentes se mezclaban con todos los que esperaban
entusiastas, esos momentos que nunca se acabaron, que
siempre surgieron, como tuvieron por testigos, las tejas
rojas del edificio de la Comandancia General, donde siempre
nos esperaron, como al orden de linea, palomas y gaviotas.
Un celo increíble de la Policia Nacional, daba margen corto
para poder plasmar en unas fotos, las imagenes para el
recuerdo, y formaban en una mañana soleada, las Unidades que
esta tierra ha ido pariendo.
Los Regulares de Ceuta, Nº 54. Compañias del II Tercio Duque
de Alba, Baterias de Grupo del Ramix-30 , Escuadron de
Caballería Montesa , Escuadra de Gastadores de la Compañia
de Mar y de la Unidad Logistica así como del Arma de
Ingenieros.
El Comandante General de Ceuta, General Sanz Roman recupera
una tradición que institucionalizó el General Lopez de
Olmedo, el acercar el Ejercito al pueblo de Ceuta, y los
caballas se sienten por cada día más, mas identificados con
los valores que siempre , llevaron por bandera, la ciudad de
Ceuta.
A la Oración a los Caídos, la descarga de fusilería, la
dislocación de Unidades, para preparar el Desfile, y los
aledaños de la Plaza de Africa, suspirando españolidad por
todos sus rincones, se disponía con ese entusiasmo a ver
pasar por la Gran Vía, a los representantes de Batallones y
Regimientos que tantos lazos de unión tienen con esta
tierra.
Fueron desfilando a 120 pasos por minuto con sus Guiones y
Banderines, los jinetes de Caballería Montesa, Ingenieros,
La Compañia de Mar, La Unidad Logistica, el Regimiento Mixto
de Artilleria, y se hace el hueco para escuchar el grito: ¡
a 160 pasos y un solo corazón, como un huracán de guerra,
desfila La Legión ! , y ya me entró la descomposición, el
escalofrío, el puchero, las lagrimas y ya me dije, Javier,
otra vez los nervios, la emoción , si ya llevas once años
con ellos...
La gente se volvió loca, el griterío, los aplausos, las
fotos, los vivas, la pasión de mi tierra, y todavía quedaba
por oir, otra vez el silencio.. ¡ Fiel Regular, Hasta Morir
! y salió los Regulares, del Tabor de Tetuan, a 120 pasos
por minuto, y la gente aplaudia, pero muy timidamente, y las
caras un poco desconcertadas, hasta que al llegar a la
altura del Hotel Trypp, se hizo la cadencia en el redoble, y
la Banda de Guerra de Regulares, hizo el toque de toda la
vida, desde los inicios del Tabor de Indígenas y Fuerzas de
Tiradores y Mogataces, el de 90 pasos por minuto, y fue la
explosión de júbilo y volvieron a atronar las palmas, en
vivas y aplausos, otra vez el pellizco, otra vez, latiendo
mis pasiones , en pulsaciones, porque, aquella mañana, tenia
una vez más, con mis Unidades, el corazón repartido.
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