Según mi corto saber y entender,
hay que saber distinguir entre los funcionarios de carrera
que ganaron su plaza por oposición, y los “funcionarios, en
el supuesto que sean funcionarios, que ganaron su plaza por
la oposición del dedatil”. Las cosas claras para no cometer
errores, puesto que la diferencia, entre unos y otros, es
abismal.
Y según ese saber y entender que digo al principio, no tengo
duda alguna que los funcionarios de carrera no firman todo
lo que se les pone por delante. Caso contrario de lo que
sucede, con los funcionarios por la oposición del dedatil”
que, al parecer, firman todo lo que le pongan por delante,
con tal de agradar al manda de turno que fue quien le dio un
puesto ganando una pasta gansa. De esa forma muestran su
enorme gratitud hacia el manda de turno, a quien les deben
además de la gratitud, obediencia debida y al que en su
presencia siempre dirán “sí, bwana”, dándole el
correspondiente cabezazo. Algunos en su afán de darles el
cabezazo debido, consiguen que su frente golpee contra el
dedo gordo del pie.
Por si esto fuese poco, la lucha que mantienen contra el
resto de “los funcionarios por la posición del dedatll” es
enorme. Se pisan unos a otros, para aparecer ante los ojos
del manda, como el más obediente y el más fiel de sus
seguidores. Ya que piensan que quien más fiel y más
cabezazos le dé al manda, será recompensado con un puesto
mejor. ¡Toma del frasco, Carrasco!.
Nada, pues, de extrañar que en esta lucha por aparecer a los
ojos del manda de turno como su más fiel servidor, a
cualquier ocurrencia del manda, salgan dándose empujones
unos a otros, los que no les importe hacer lo que sea, con
tal de complacer el deseo del manda. ¡Que error, que gran
error, que diría De la Cierva!.
Y es un enorme error el que cometen “los funcionarios de la
oposición del dedtil”, por satisfacer los mínimos deseos de
el manda de turno, metiéndose en unos “bejerenales” del que
si la cosa sale mal van a cargar con todo el marrón sin que
el manda, por supuesto, esté dispuesto a echarles una mano
para salvarlos. Perdonen un momento ahora sigo, es que estoy
viendo una serie que se titula “Con el culo al aire”.
Seguimos, si la cosa sale bien, el manda de turno será el
único beneficiado del asunto apuntándose el tanto. Si la
cosa sale mal, el manda de turno jamás solicitó que se
hiciese tal cosa, dejando al “funcionario por la oposición
del dedatil” con el título de la serie que anteriormente
suspendí lo que estaba escribiendo para verla. O sea, con
claridad meridiana, “Con el culo al aire”, puesto que ese
“tonto útil” ha sido el único responsable de la situación ya
que, el manda de turno, jamás le encargó semejante trabajo.
Y ahí se encuentra “el funcionario que ganó su plaza por la
oposición del dedatil”, sólo ante el peligro que supone
cargar con todo el marrón, sin que jamás el manda de turno,
salga en su defensa.
El manda de turno, ha encontrado en ese “tonto útil” la
cabeza de turco que estaba buscando para salir del
atolladero de algo que él había mandado hacer pero que,
indiscutiblemente, jamás había mandado llevar a cabo ese
asunto. ¿O no?
|