Pero no dimisiones, es la tónica
que se va dando, cada día más, en partidos políticos,
centrales sindicales y, no digamos, en organismos públicos,
cuando uno coloca sus posaderas en las poltronas.
A lo largo de los últimos 35 años, no ha pasado un solo día
en el que no hayamos oído hablar de aquellos 40 años que
estuvo al frente del Estado Español el General Franco, y se
critica, creo que con toda la razón, porque desde los años
centrales de los sesenta, si es que no antes, podría haberse
retirado a “sus cuarteles” para haber dado paso a otros que
hubieran abierto la mano más de lo que él la abrió.
En eso, pues, creo que la mayor parte debemos estar de
acuerdo, pero también lo tendremos que estar en que cuando
han ido colocándose en determinadas “poltronas” otros, muy
lejanos, aparentemente, en su forma de pensar al General,
esos, también, se aferran al sillón y con las “máquinas
políticas” que son los partidos o los sindicatos, bajo unas
“aparentes limpias elecciones”, se van perpetuando en el
poder, sin dar paso a otros que, también, podrían hacer lo
que estos “vejestorios del cargo” vienen haciendo.
Veo que Antonio Gil ha sido reelegido por mayoría –faltaría
más- secretario general de la UGT hasta el año 2017. Uno más
de los que se encuentran muy a gusto en el cargo, eso sí,
dirá que porque sus “correligionarios” así lo han querido,
pero también podría decir que porque ahí está mejor que si
tuviera que ir cada mañana a sus ocupaciones profesionales,
sin estar arropado por el sindicato.
No sé hasta cuando, tras el 2017, seguirá en el cargo el
bueno de Antonio Gil, pero este hubiera sido el momento
ideal para dar un paso atrás y dejar el sitio a otro
“compañero”. Más de uno lo hubiera querido.
Y si pasamos de aquí a CCOO nos encontramos con “el más
difícil todavía” y con la particularidad de que el número
uno de los “CO-COS”, otro de los sindicatos de clase, lleva
en el cargo desde “el año de Maricastaña” y no conforme con
esto acumula cargos por todas las partes que puede, -una
auténtica vergüenza-, haciéndose con esos cargos, por las
buenas o por las malas, con lo que su talante “democrático”
en alguno de esos cargos ha dejado y sigue dejando mucho que
desear.
A éste no le echan de CCOO ni con agua hirviendo y de los
demás sitios poco más o menos.
Llegados a este punto uno tiene que preguntarse ¿Con qué
vergüenza un personaje como éste puede ir encabezando una
manifestación en la que se vaya pidiendo cualquier tipo de
dimisión?.
Estos en los sindicatos de clase, en la progresía barata de
nuestro país. Pero si te vas a la “parte noble” te
encuentras con que en los dos grandes partidos y en otros
también ha habido diputados que han permanecido en el
Congreso de los Diputados o en el Senado, simplemente para
apretar el botón, más de 20 años y más tarde, si no siguen
ahí se les recompensa con un buen cargo para que les ayude a
tener una mejor pensión, por sus muchos años de servicio en
cargos importantes.
En Ceuta tenemos claros casos de esto, no hace falta más que
pasarse por la Plaza de los Reyes y echar la vista atrás o
quedarse en las cosas como están para ver que tanto Paco
Antonio hoy, como mi paisano Jerónimo Nieto, hace unos años,
goza ahora uno y el otro gozó de ese cargo a dedo que le
convierte en el personaje de más peso de Ceuta.
Teniendo esto en cuenta ¿De verdad tenemos democracia?. Más
bien lo que tenemos son máquinas políticas para ir colocando
a los suyos, tras haber aparecido alguien diciendo ¿Qué hay
de lo mío?. Y eso no es exclusivo del PP o del PSOE, es de
todos los que llegan a “tocar pelo”.
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