PORTADA DE HOY
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cultura - LUNES, 10
DE JUNIO DE 2013 |
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El análisis de los vinos. cedida. |
formacion
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Alumnos del Máster de Turismo aprenden
como catadores de vinos |
Ejercieron
de “sumilleres” en el Hotel Tryp como expertos que
sugieren a la clientela de los grandes restaurantes
qué vino es el apropiado para cada ocasión
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CEUTA
El Pueblo
ceuta@elpueblodeceuta.com |
El análisis de los vinos, desde la perspectiva del
consumidor, ha sido el objeto de la clase práctica que los
alumnos del Máster de Administración y Dirección de Empresas
Turísticas han realizado en el restaurante del Hotel Tryp
donde el “maitre” del mismo, Javier Torregrosa, les ha
impartido, al ser este establecimiento una de las empresas
colaboradoras del mencionado Máster que imparte la
Universidad de Granada en nuestra ciudad.
El experto en vinos dijo a los alumnos que hay tres
cuestiones a tener muy en cuenta en la “cata” de vinos: la
apariencia del mismo, el olor, el sabor (para lo que se
degusta para que las papilas gustativas lo aprecien sin
tragarlo) y después se sacan las conclusiones. Una vez que
se llena la copa hasta alrededor de la cuarta parte de su
capacidad, se procede a la cata con arreglo a tres fases
sucesivas: la limpieza, tonalidad, intensidad,
transparencia, reflejos del color, fluidez y efervescencia
en su caso.
Durante el escanciado, se observa el vino con atención en el
momento en el que es vertido en la copa. Esta operación
permite verificar su fluidez y la posible presencia en el
vino de anhídrido carbónico (efervescencia).
Para la valoración del color, se ladea la copa hasta que
alcanza una inclinación de unos 15º, sobre un fondo a ser
posible blanco. Observándolo de arriba abajo, se evalúa la
intensidad fijándose donde el vino tiene mayor profundidad
(ojo), mientras en las capas fina o intermedia se examinan
la tonalidad o los matices del color.
En la valoración de la limpieza y transparencia, el análisis
se realiza levantando la copa a la altura de los ojos y
apreciando el vino al contraluz, mientras que para valorar
la fluidez y/o consistencia, se levanta la copa a la altura
de los ojos, imprimiéndole un movimiento lento de rotación
de modo que el vino ascienda por las paredes de la copa. En
ellas quedará un velo de líquido que formará la “lágrima” y
“piernas”, necesarias para evaluar la estructura del vino y
su consistencia o fluidez, además de su contenido en
alcohol. Tradicionalmente, mñas ekliccon intyensidad, varias
veces, para detectar los efluvioslos vinos blanco tienen
menos alcohol que los tintos. En el exámen olfativo se
evalua: franqueza, armonía, finura, descripción del buqué e
identificación de los aromas.
Cuando el vino está en la copa, sin agitarlo, hay que
olfatearlo con intensidad, varias veces, para detectarlos
efluvios más delicados y etéreos. Con ayuda de la muñeca se
describe un movimiento rotatorio de 15-20 segundos para que
el vino gire dentro de la copa y salgan los aromas de
volatilidad mediana. Una vez vacía la copa para percibir los
perfumes que llegan al vino de los recipientes en los que
estaba antes de escanciado, hay que analizar, inspirando a
fondo, los aromas que emanan del remanente.
“Cuanto más espumoso, más graduación alcohólica tiene un
vino”, dijo Javier Torregrosa, quien hizo una pequeña
introducción para que conocieran las denominaciones de
orígen en España y el tipo de uvas diferentes, tanto blancas
como tintas en una cata guiada.
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Una práctica de cinco vinos blancos, tintos y espumosos para
evaluar
El primer vino de la cata fue el
Gewurztraminer, claro acuoso y dorado con poca graduación
alcoholica. Vino limpio, ligero, joven con poco cuerpo, de
intensidad media cuyo precio de coste es de 7,9 euros y que
en locales (restauranbtes) cfuesta 20 euros.
Otro vino evaluado fue el Ermita d`Espiells, vino blanco sin
crianza del Penedés con apariencia claro, incoloro, sin
ribete, de intensidad media, poco ácido, con poco cuerpo,
sin burbuja, corto de sabor y calidad pobre. Su precio de
coste es de 10 euros. En un local se duplica su precio.
El Juan Gil de Jubilla de 12 meses, vino de tractivo color
cereza, de arioma de frutas rojas maduras, muy maduro y
goloso, ideal para acompañar arroces con carne de caza y
melosos guisos de carne, pescados, mariscos en salsa, carnes
blancas y rojas. Alto en alcohol, de sabor seco, baja
acidez, cuerpo medio. Su coste es de 8 euros y de 17 a 20 en
un resturante.
Vino Pruno del que hacen sólo 80.000 unidades al año,
considerado el segundo más nombrado de España. Se le conoce
como “el deseado”, tiene una graduación de 14,5º y vale de
costo 8 euros. Su apariencia es intensa, tiene una acidez
media-alta y la conclusión es que está sobrevalorado.
El Honoro Vera vino de las bodegas Ateca de Calatayud fue
servido el 24 de febrero en Los Angeles durante la cena de
los Premios Oscar. Un tinto maño de 14,5º, de intensidad
media y de costo a 4 euros, también ha sido evaluado por los
alumnos del Máster. Finalmente, el Gramona, un cava español
que pasa por champán francés y de 16 euros de coste.
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