LUNES 3.
Me cuentan que hay un viceconsejero que ha firmado un porrón
de facturas de Urbaser. Y ahora está dándose cuenta del
error cometido. Así que está pasando por un momento muy
difícil. Tan difícil como para padecer de insomnio. Así que
las noches se le hacen eternas. Noches toledanas que lo
dejan exhausto y al día siguiente no da pie con bola Y,
claro, se presenta en el Ayuntamiento con la hiel reventada
y dando palos de ciego. Pobre criatura. A quien sólo se le
ha ocurrido pedirle a su alcalde que lo libere de un pesar
que lo ha convertido en un pobre hombre. Tan pobre que
apenas levanta ya la voz. Cuando, hace nada y menos, se
distinguía por alardear de su cargo y del poder que éste le
confería incluso para acabar con un periódico que a él le
desagrada en extremo. El pobre hombre picó el anzuelo que le
tendieron y no dudó en firmar y rubricar facturas a tutiplén.
Facturas comprometidas. Tan comprometidas que pueden
costarle un disgusto morrocotudo. De ser así, se lo habría
ganado a pulso.
Martes. 4
Saber que 98.265 personas han encontrado trabajo es la mejor
noticia del día. Por más que se nos diga que el mes de mayo
es propicio para las contrataciones en el sector servicios,
a fin de cubrir la campaña de verano. Aun así, conviene, sin
echar las campanas al vuelo, hacerse a la idea de que a lo
mejor tan buen dato es el principio de una recuperación tan
anhelada como necesaria para que los españoles sin empleo
comiencen a salir de la desesperanza en que andan sumidos.
La desesperanza de los que carecen de trabajo es peor que la
desesperación. La falta de esperanza ejerce sobre quienes la
padecen un estado de sometimiento a la situación. De modo y
manera que terminan siendo reos de la abulia y prestos en
todo momento a quejarse de mala suerte. Todo lo contrario a
la desesperación, capaz en un momento determinado de
convertirse en un despertar brioso que haga posible hallar
el camino de la salvación en lo laboral o en cualquier otra
circunstancia.
Miércoles. 5
José María Morillo, natural y vecino militante de El
Puerto de Santa María, el pueblo donde a mi me nacieron, ha
tenido el detalle de enviarme un mensaje para comunicarme
que el próximo jueves, 13 de junio, a las nueve de la noche,
se presentará el libro ‘El Habla de Fernando Gago’,
en la bodega del Castillo de San Marcos, con diversas
intervenciones y colaboraciones, cual homenaje póstumo al
que fuera alcalde portuense. José María Morillo es el autor
del libro y quien dirige Habitantes y Gente de El Puerto de
Santa María, en Internet, con la colaboración de Diario de
Cádiz. El mensaje de mi admirado Morillo me ha llenado de
satisfacción. Y, desde luego, me ha hecho recordar mis
muchas horas de convivencia con Fernando Gago, durante parte
de nuestra niñez y adolescencia, en el Colegio San José y
San Estanislao, conocido popularmente como el colegio de “La
Pescadería”. FG, enamoradizo desde que vestía pantalón
corto, hacía ya de la ironía arte con el cual le retorcía el
cuello a su incipiente timidez. Del Fernando, compañero de
colegio, podría contar no pocas anécdotas. La última vez que
nos vimos fue en Ceuta, durante una feria agosteña, noté que
andaba desmejorado, pero nunca creí que estuviera bordeando
el trance final. A José María Morillo, personaje fundamental
de la vida cultural portuense, o porteña, le digo que en
estos momentos me es imposible asistir a tan magnífica
velada. Que será un éxito. Como todo lo que organiza él.
Jueves. 6
El Papa se viene empleando a fondo contra los corruptos.
Durante dos días no ha dejado de ponerlos como chupa de
dómine. Y hasta los ha tildado de anticristo. Y, además de
zurrarles la badana a gusto, el Papa Francisco ha
vuelto a la carga asegurando que “la hipocresía es el
lenguaje de la corrupción”. En realidad, no hace falta ser
Papa para darse cuenta de que es así. Aunque tampoco es
menos cierto que no es lo mismo que lo diga el Papa
argentino que el maestro armero. De ahí que las palabras del
Pontífice hayan sido recibidas con agrado por quienes se
sienten víctimas del enorme poder de unos políticos que
viven obsesionados con trincar a manos llenas. Asimismo ha
criticado a los que halagan a los poderosos con palabras
edulcoradas para convertirlos en ídolos que se conforman
como narcisos con verse rodeados de ciudadanos dispuestos
decirles a mandar, señores, que para eso estamos. Lo que sí
es cierto, debido a los innumerables males que aquejan a los
ciudadanos, es que, más pronto que tarde, los políticos
perpetuados en el poder por dar la mano por sistema,
besuquear a los niños, o fingirse bondadosos, acabarán por
ser despreciados. Y, desde luego, los hipócritas serán
vilipendiados como les corresponde. ¡Aleluya!
Viernes. 7
Me senté en cómodo sillón de la salita de estar ante el
televisor, a la una de la tarde, y estuve cuatro horas y
media viviendo la emoción de un partido de tenis entre dos
jugadores sensacionales. Que siguen empeñados en hacernos
disfrutar de lo lindo. Aunque uno, que es de Rafael Nadal
sin reservas, admira también a ese portento de la raqueta
que es Novak Djokovic. Enorme jugador el serbio y,
por tanto, el triunfo del tenista balear adquiere todo el
valor del mundo. Cabe decir que el espectáculo ofrecido por
ambos deportista fue incomparable. En mi caso, por ser de
Nadal, ni que decir tiene que los nervios se apoderaron de
mí durante muchas fases del partido. Pero mereció la pena
vivir en estado de inquietud debido a las alternativas del
juego. Tras ganar Nadal, y tomarme unos minutos de respiro,
decidí seguir siendo espectador del Ferrer-Tsonga. Y
acerté: porque vi ganar a otro tenista extraordinario. Cuya
trayectoria, basada en la voluntad y el espíritu de
sacrificio, ha desembocado en el éxito. El de un tenista
que, trabajando intensamente y haciendo de la disciplina
norma, ha conseguido estar entre los primeros del mundo y
mantenerse. El domingo, aunque yo sea fan de Nadal, creo que
debe ganar el que juegue mejor. Aunque ya han ganado los
dos. En París, además.
Sábado. 8
Leo el periódico, quiero decir ‘El Pueblo de Ceuta’, que
viene informando de modificaciones de créditos, de la
publicidad institucional y del ‘caso Urbaser’, y por más que
intento hallar algún indicio favorable para ponerme de parte
del portavoz del Gobierno, Guillermo Martínez, no
sólo me resulta imposible sino que, además, podría aplicarle
eso de que lo peor que puede ocurrirle a un político no es
que nos enfademos con él, sino que comencemos a no tomarle
en serio. Y yo prefiero enfadarme con el portavoz antes de
tomármelo a chacota. Así que hoy dejaré los adornos sobre
las mentiras y le recordaré, mediante una cita, algo que le
viene como anillo al dedo a sus declaraciones acerca de que
el Gobierno no va a reclamar a la empresa Urbaser el posible
“exceso” de pago por gastos de explotación amparándose en un
“asesoramiento técnico”. “En la política es como en las
matemáticas: todo lo que no es totalmente correcto, está
mal”. Algo que el portavoz del Gobierno, tenido como cráneo
privilegiado entre los suyos, debería saberse de memoria.
|