Desde hace años, me encuentro en
la trinchera, combatiendo sin descanso en solitario, con la
roja tinta de mi estilográfica, sin dejar de mirar al Cielo,
desde el alba hasta el ocaso, para ver caer las esquirlas,
expandiendo esencias humanas y cívicas, sobre las mentes
opacas, para despertar las conciencias, corruptas e
inmundas, deshonestas y putrefactas, de los tentáculos de la
política capitalista por la Tierra.
Desde hace años, me encuentro en la trinchera, combatiendo
sin descanso en solitario, con la roja tinta de mi
estilográfica, a las legiones de tiranos, y a sus batallonas
de compaña, de altos vuelos y cunas bajas, enfundados en
fina seda de alta gama, como los novios cuando acuden al
altar, para contraer matrimonio por lo civil o por la
Iglesia.
Desde hace años, me encuentro en la trinchera, combatiendo
sin descanso en solitario, con la roja tinta de mi
estilográfica, a los miserables faltos de escrúpulos.
Sinvergüenzas de raleas de guante blanco, que oprimen
autoritariamente a los pueblos, apestando a todo el
Universo, no creciendo ni el barbecho.
Desde hace años, me encuentro en la trinchera, combatiendo
sin descanso en solitario, con la roja tinta de mi
estilográfica, a las mansas y turbulentas aguas, que ahogan
lentamente gota a gota hipotecando, todo cuanto anegan con
leyes, decretos o dictados. Debiendo no dejar que me tuerzan
el brazo, para evitar que se sigan poniendo, las botas bien
puestas.
Desde hace años, me encuentro en la trinchera, combatiendo
sin descanso en solitario, con la roja tinta de mi
estilográfica, los latigazos del castigo. Porque si los
fanáticos nacionalistas españoles, asesinaron con un tiro en
la nuca a Federico, y a Marcos Ana lo torturaron sin
descanso. A mí sus perros de presa, me harían más de lo
mismo, por no ser sumiso a sus doctrinas.
Desde hace años, me encuentro en la trinchera, combatiendo
sin descanso en solitario, con la roja tinta de mi
estilográfica, a los miserables de las diferentes siglas
políticas, y a sus palmeros, alfombreros y palanganeros.
Porque en el capitalismo y en la política, casi no existen
valores humanos ni cívicos, pero sí el económico y los
votos, con los que corroen al presente y al futuro.
Desde hace años, me encuentro en la trinchera, combatiendo
sin descanso en solitario, con la roja tinta de mi
estilográfica, a los energúmenos que enarbolan una bandera,
sin profundizar en tiempo pasado o presente, si es legal o
ilegítima. Como hicieron en la España franquista, imponiendo
la del yugo y las flechas. Tarareando una marcha real sin
letra, al no poder tener ni himno representativo, para todas
las comunidades que cohabitan, en ese país compuesto de
reinados, ducados, celtas cortos y vasallos.
Desde hace años, me encuentro en la trinchera, combatiendo
sin descanso en solitario, con la roja tinta de mi
estilográfica, por un amanecer más próspero, en donde no
existan fronteras, ni farallones ni precipicios, para ser
utilizados por los perros de presa, para despeñar a sus
víctimas.
Desde hace años, me encuentro en la trinchera, combatiendo
sin descanso en solitario, con la roja tinta de mi
estilográfica. No teniendo duda alguna, que más pronto que
tarde, triunfará la libertad y la democracia, al levantarse
el pueblo del letargo, contra los señoritos encorbatados,
explotadores sin escrúpulos, y otras castas similares.
Desde hace años, me encuentro en la trinchera, combatiendo
sin descanso en solitario, con la roja tinta de mi
estilográfica. Deseando que cuado expire mi último latido,
me reciten versos de amor de mis poemas. Y me cubran de
quejidos, revolucionarios flamencos, del Cabrero y de Manuel
Gerena, con sones de la guitarra de Paco de Lucía. Porque
desde que tuve conciencia, de la triste realidad que me
envolvía, siempre luché por una Andalucía libre de caciques,
terratenientes y de otras gentes similares.
Desde hace años, me encuentro en la trinchera, combatiendo
sin descanso en solitario, con la roja tinta de mi
estilográfica. Y si he de morir, moriré por los míos y no
por las españas, al morir por ellas otros, que resuman
patriotismo nacionalista juntero. Al ser España no una, sino
una nación de naciones y regiones, o un estado federal
encubierto; con sus reinados, cortes y parlamentos.
Desde hace años, me encuentro en la trinchera, combatiendo
sin descanso en solitario, con la roja tinta de mi
estilográfica. Y al vivir libre, levantándome cuando me
despierto, y acostándome cuando tengo sueño, moriré feliz.
Porque si de mi hambre mando yo, de mi dignidad también, a
pesar de que tuve que sortear los obstáculos, que me
impusieron los crueles, en mi caminar diario.
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