En muchas ocasiones el ser humano es mucho más animal que
los propios animales y eso quedó constatado ayer tras el
suceso que se produjo por la tarde en una zona cercana a la
barriada de San José.
Tal y como pudo saber ayer EL PUEBLO un joven de 20 años
durante una fuerte discusión con su madre, descargó toda su
ira contra el pequeño perro de raza Yorkshire de su madre,
estrellándolo contra una de las paredes de la vivienda,
provocándole la muerte prácticamente al instante.
La dueña del perro y madre del presunto agresor fue la que
alertó a la Guardia Civil, cuyos agentes se personaron en su
domicilio para, una vez conocido como habían transcurrido
los hechos, proceder a la detención del joven, quien hoy, y
tras pasar toda la noche en los calabozos de la Guardia
Civil, pasará a disposición judicial.
A este respecto y tal y como ha podido saber este diario,
una modificación en el artículo 337 del Código Penal hace
dos años posibilita que “el que por cualquier medio o
procedimiento maltrate injustificadamente a un animal
doméstico o amansado, causándole la muerte o lesiones que
menoscaben gravemente su salud, será castigado con la pena
de tres meses a un año de prisión e inhabilitación especial
de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o
comercio que tenga relación con los animales”.
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