Alfonso Guerra,
exvicepresidente y diputado socialista, debido a la
publicación de un libro, está siendo muy solicitado por
radios y televisiones. Y a mí me ha encantado, días atrás,
prestarle suma atención a todo lo que ha ido diciendo un
personaje que se mueve entre malicias y saberes, ironías,
sarcasmos y risas por lo bajinis, dando pruebas evidentes de
que se ha leído a los clásicos de cabo a rabo. Aunque lo que
más se le ha pegado es la mala leche de Francisco de
Quevedo. Así que cualquiera puede ser blanco de su
sátira.
Alfonso Guerra no se ha cortado lo más mínimo en airear que
está convencido de que ante las desigualdades sociales y
salariales que han traído consigo la crisis económica, antes
o después, la gente va a reaccionar y avisa de que esa
reacción no va a ser tan pacífica como sería deseable. He
aquí uno de sus argumentos: “Hay dirigentes de empresa que
ganan en un día lo que su empleado en todo el año”. Eso sí,
resalta que la vida política es bastante dura e injusta, por
lo que dice desconocer por qué la gente se aferra a sus
puestos. Hasta el punto de que nadie dimite.
Paradójico a más no poder este sevillano que, aun siendo
considerado en los días gloriosos del socialismo de los
ochenta, el feo y el malo de la pareja formada con Felipe
González, ha ido mejorando, como los buenos vinos, y
ahora mismo le cae la mar de bien al mujerío. Lo contrario
que le está pasando a nuestro alcalde. Que está yendo de más
a menos. De modo que necesita encuestas que le digan que
sigue siendo ‘el rey’, aunque la realizada en el mes de mayo
recién fenecido le augure la pérdida de 2000 votos. Cuando
aún falta un año y medio para las elecciones.
En cambio, la empresa encargada de predecir el futuro de los
partidos en las urnas concede un aumento de votos
considerables a Caballas. Y pasarían de 4 a 6 escaños. Y
también se vería beneficiada Rosa Díez, es decir,
UPyD, y hasta los socialistas aparecen con aspiraciones de
mejoras.
Con dos mil votos menos, la mayoría absoluta de nuestro
alcalde seguiría siendo una realidad. Ya que gobernaría con
15 concejales. Más los seis probables del partido liderado
por Juan Luis Aróstegui. Lo cual demuestra lo bien
que le ha venido a éste ser un aliado de nuestro alcalde. Le
ha venido también que a las pruebas me remito: se va a
llevar gran parte de los votos que, durante años, han sido
favorables a los populares, según la encuesta realizada.
Analizada la situación, cuando aún quedan muchísimos meses
para la convocatoria electoral, cabe pensar que a los
militantes del Partido Popular de Ceuta les habrá sentado
como un tiro lo que ha divulgado la dichosa encuesta
realizada en el mes florido por excelencia. Por razones
obvias: en principio, por la pérdida de tantísimos votos; y
luego, como no podía ser de otra manera, porque ellos
servirán para otorgarle más poder a quien considera que los
populares traicionan continuamente a esta ciudad.
Sí, ya sé que los más afines a nuestro alcalde, así como sus
corifeos profesionales, aducirán que la pérdida de tantos
votantes es causada por el desgaste de quien lleva
gobernando desde el año 2001. Y sería absurdo descartar esa
opinión. Ahora bien, tampoco convendría echar en saco roto
el siguiente parecer: ¿será cierto que la tan cacareada
relación de quien más manda en Caballas con nuestro alcalde
puede serle tan beneficiosa a la coalición como para
terminar convirtiéndose en una alternativa de poder, en
menos tiempo del previsto? Si yo fuera Alfonso Guerra, sin
duda que respondería con la malicia que corresponde al
asunto.
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