Los cuatro sindicatos más representativos de la
Administración de Justicia (CCOO, CSI.F, UGT y STA), han
acordado un calendario de movilizaciones desde junio hasta
noviembre que, si lo aprueba la plantilla, culminarán con
una huelga indefinida en noviembre. Desde el punto de vista
profesional, estas reformas se traducen en la pérdida de más
de 12.000 puestos de trabajo en toda la Administración de
Justicia ocupados por personal bien formado y experimentado.
Los cuatro sindicatos más representativos de la
Administración de Justicia (CCOO, CSI.F, UGT y STA), han
acordado un calendario de movilizaciones desde junio hasta
noviembre contra el desmantelamiento de los servicios
públicos de la Administración de Justicia iniciado por el
ministro Alberto Ruiz-Gallardón.
Unas movilizaciones que, si lo aprueba la plantilla,
culminarán con una huelga indefinida en noviembre. Los
sindicatos denuncian que las reformas que está impulsado el
Ministerio de Justicia ponen en peligro 12.000 puestos de
trabajo del personal de esta Administración, en la que
podrían ser suprimidos cerca del 26% de los puestos de
trabajo.
Los sindicatos denuncian, a través de un comunicado de
prensa, que “desde hace unos meses Ruiz-Gallardón está
embarcado en una estrategia que bajo el nombre de reformas
esconde el debilitamiento de la Administración de Justicia
como servicio público y su posterior privatización por
partes en favor de determinados lobbys profesionales y a
costa del bolsillo de toda la ciudadanía”.
En esta estrategia, según CCOO, CSI.F, UGT y STAJ, tiene un
papel destacado “el desprecio al personal de la
Administración de Justicia, a quienes desde el Ministerio se
les culpa veladamente de la situación de la Justicia”.
Los sindicatos acusan al ministro de negar a la
Administración de Justicia los medios que precisa para
realizar su trabajo, debilitándola. Por eso denuncian la
“ridícula” oferta de empleo público de los dos últimos años
y el “caos” informático debido a la existencia de hasta ocho
programas de gestión distintos, en función de quién tenga la
competencia, “algunos de ellos claramente obsoletos,
incompatibles y que no sirven para nada”.
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