Los chorizos de la política
española de cuna baja y cama alta, han provocado que en las
últimas encuestas, saliera que a la población le preocupe
más las corruptelas políticas que el terrorismo. Ocupando
esta preocupación el segundo lugar después del desempleo. Y,
según fue publicado, se ha podido mover más dinero negro en
la corrupción que en la droga.
Varias muestras, de lo último anterior, lo pueden avalar los
diferentes presuntos mangoneos de guante blanco llevados a
cabo en la política corrupta española, como pueden ser los
casos: Gürtel, Ere de Andalucía, Campeón, ITV de la familia
Puyol en Cataluña, Nóos de Iñaki Urdangarín, esposo de la
infanta Cristina; Pokémon, Palma Arena, Bárcenas y la
presunta financiación ilegal del PP, etc.
No pudiéndome olvidar, de los casos de Bankia y Novagalicia
por la indignidad, miseria y tiranía de aquellos banqueros y
sus empleados, los que sin escrúpulo alguno con las
preferentes… se han quedado presuntamente con los ahorros de
toda una vida de esfuerzos y sacrificios realizados por
personas mayores.
No imaginándose, lo desacreditados que están los implicados
en los presuntos casos citados. Estando el pueblo al borde
de un ataque de rebelión colectiva, hasta el punto, que hace
días un conocido me dijo: “Se debería hacer un referéndum,
para que se pudiera juzgar en las plazas principales de los
pueblos y ciudades a los rateros de la política y de la
banca... Y los que resulten culpables, se les azotará
periódica y públicamente hasta que devuelvan todo lo robado,
como hacía el Tribunal de la Inquisición”.
Tampoco es eso, le dije, porque estamos en un estado
democrático, en donde no se puede tirar a nadie al pilón por
las bravas ni apedrearlo. Pero mucho menos ahorcarlo como
hizo el tirano Bush con Sadam Hussein, porque el artículo
primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y derechos y, dotados como están de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con
los otros”.
Inmediatamente, mi interlocutor, me contestó: “Los juzgados
están saturados y hay que echarles una manita a los jueces.
Por lo que, se debe constituir un consejo de ancianos del
pueblo payo con cinco miembros y otro de patriarcas del
pueblo gitano. En caso de empate el voto del miembro del
consejo de más edad será el que decida si se es el reo
culpable o inocente. Un cronista independiente, levantará
acta anotando correctamente el veredicto en los libros
oficiales. Pero deberá ser cuidadoso para no errar al
colocar la coma, porque no es lo mismo escribir -culpable
no, inocente-, que, -culpable, no inocente-”.
Vaya tela, ¡qué duro eres!, le apunté de nuevo,
replicándome: “En Algeciras se quitaría la fuente central de
la Plaza Alta, para instalar allí un patíbulo y no un
templete para que la banda municipal ofrezca conciertos
musicales (por aquello de que la música amansa a las
fieras). En los alrededores se instalarán gradas portátiles,
y entre palmera y palmera en vez de las pancartas anunciando
eventos deportivos, culturales… se pondrán otras de mayores
dimensiones en las que se lean: EL PATÍBULO.
Una semana antes de celebrarse un juicio, se instalará
frente al Casino de Algeciras, una casetilla de madera
similar a la que colocan para vender las sillas para las
carrozas de feria o, el de la venta de entradas para las
corridas de toros. En donde un empleado municipal, no
enchufado por los partidos, anotará a los ciudadanos que
deseen ejercer voluntariamente de verdugos”. Además,
proseguía, “se podrán donar correas y cinturones con doble
grosor de piel de rata, de camellos o de hienas y perros
rabiosos con hebillas de acero. También se admitirán látigos
de domadores de leones, así como, varas de acebuches,
vergajos confeccionados con pichas de toros bravos y de
berracos. Los artilugios recibidos se clasificarán por
categorías y serán expuestos en vitrinas con cristales
blindados, siendo protegidos por un escuadrón de la Guardia
Real vestidos con su uniforme de gala”.
¡Uf!, exclamé, ¡qué bruto eres!, porque el patíbulo estará
permanentemente instalado debido a tantas corruptelas
existentes. Me imagino al pueblo rugir con el dedo hacia
abajo lo mismo que en los circos romanos. Y los posteriores
azotes a los rateros, cómplices y encubridores, porque se
irían de varillas por las trancas.
Pero como estoy en contra de toda clase de violencia, le
dije, los dejaba a ellos, a su familia y a sus testaferros,
en la más ruin de las pobrezas. Y después los pondría a
construir cárceles para encerrarlos y a realizar trabajos
sociales, como quiere imponer el Gobierno del PP de la
Comunidad de Madrid con los parados.
|