En esta ocasión, compartiré con
ustedes algunas reflexiones sobre una cuestión compleja
analizada desde el principio de los tiempos por los más
importantes filósofos de la humanidad con la intención de
encontrar la respuesta correcta a la pregunta que todos nos
hacemos en alguna ocasión ¿cómo se originó la vida y el
universo? Algunos pensadores señalaron a la gallina como
principio de la creación, mientras otros se decantaron por
otorgar dicho privilegio al huevo. Yo no soy filósofo, pero
si quisiera exponer algunas reflexiones respecto a que
acontecimiento histórico debemos conmemorar los ceutíes, la
conquista portuguesa de nuestra ciudad (1415) o el
plebiscito popular que nos situó bajo la soberanía de Felipe
IV (1640).
Sin ninguna duda, el primero de los hechos históricos
mencionados nos llevó en volandas al segundo. Por lo tanto,
si no se hubiera producido la conquista de la ciudad por las
tropas portuguesas de Juan I de Portugal el 14 de agosto de
1415, Ceuta habría continuado bajo la dominación de la
dinastía Benimerín, la dinastía que gobernó los territorios
que hoy constituyen el reino de Marruecos desde 1244 a 1465.
Circunstancia que, sin ninguna duda, habría imposibilitado
totalmente el plebiscito popular de 1640 que nos situó bajo
la soberanía de Felipe IV.
Sin ninguna duda, plantear dudas respecto a la conmemoración
de una gesta histórica, que se produjo en condiciones casi
anti-climáticas, genera dudas existenciales en una
ciudadanía, que mayoritariamente se enorgullece de su
españolidad. Intereses espurios no pueden argumentar
planteamientos contrarios a ésta efemérides. En definitiva,
resulta más que acertada la decisión de conmemorar una
fecha, que supuso nuestra entrada en la Era Moderna de la
mano de Occidente, facilitando nuestra posterior
incorporación a la monarquía hispánica.
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