Una treintena de alumnos han pasado en un año y medio por
la Escuela-Taller de Artes y Oficios orfebres de la
Fundación Chocrón-Macías, pero sólo los más constantes han
permanecido. “Hay que tener aptitudes y muchas ganas”,
destaca Federico Sastre, su profesor. Carlos Chocrón valora
que se proporciona a jóvenes desempleados “una profesión”.
Marian Hanafi, de 23 años, Taraj Gouali, de 21, y Juan
Manuel Puig, de 20, sueñan con convertirse en reconocidos
joyeros y el primer paso fue solicitar plaza en la
Escuela-Taller de Artes y Oficios orfebres, que hace año y
medio puso en marcha la Fundación Chocrón-Macías. Una
escuela que subvenciona a todos sus alumnos con esta
formación especializada que lidera el profesor Federico
Sastre.
Estos estudios duran tres años y se presentaron 60
curriculum para unas 16 plazas. A lo largo de este año y
medio han pasado una treintena de alumnos porque no todos
están a la altura “de un oficio tan complicado” y algunos
abandonan. “No es un paseo por la joyería, Chocrón quiere
formar a verdaderos joyeros”, explica el profesor.
Carlos Chocrón, presidente de la Fundación, destaca que con
esta escuela se da la “oportunidad” a jóvenes desempleados
de “tener una profesión el día de mañana”. Valora, además,
la “ilusión y el progreso” de los alumnos y se siente
“orgulloso” de ellos. “La mayoría están respondiendo muy
bien”, asegura Chocrón, quien no descarta contratar en un
futuro a alguno de los alumnos. “Si están a la altura”,
asevera, aunque les aconseja que “primero, se establezcan
ellos y practiquen”. Los alumnos, de momento, no piensan
quedarse parados esperando a que las ofertas laborales
llamen a sus puertas y han pensado “crear una cooperativa”
entre todos.
Una idea que su profesor valora porque el sector de la
joyería, “como todos, también está muy mal”. Una situación
que se agrava -añade- por la “invasión de productos chinos”.
Las clases son prácticas, aunque también aprenden la parte
teórica de la gemología -Ciencia que trata de las gemas y ‘microfusión’-.
“Ellos cogen un trozo de plata en bruto que termina en una
joya, dan todos los pasos que conlleva hacer una pieza, y
hay que tener aptitudes y muchas ganas”, concluye el
profesor.
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