El historiador de la Universidad de Cádiz José Ramos, uno
de los editores científicos del libro ‘El Abrigo y Cueva de
Benzú’, explica a EL PUEBLO la importancia de la publicación
de esta Memoria que tendrá lugar el viernes a las 20.00
horas en el salón de actos de las Murallas Reales. Ramos
consideró que en el yacimiento de Benzú se ha excavado un 10
por ciento y hay potencial para seguir con el trabajo en la
zona. Ramos destaca en esta entrevista el buen trabajo
realizado por el equipo a lo largo de estos últimos diez
años de investigación en la ‘Cabililla’. El libro ha sido co
editado por la Consejería de Educación, Cultura y Mujer y la
Universidad de Cádiz.
Pregunta.- ¿Qué es lo que significa la presentación este
viernes del libro ‘El Abrigo y Cueva de Benzú’?
Respuesta.- Cuenta con 34 capítulos y 30 autores. El libro
tiene dos partes claras, una del Abrigo y otra de la Cueva y
dispone de una síntesis con conclusiones. Al final han
salido casi 770 páginas y es una obra que recoge mucha
información de diversos apartados, desde la geografía hasta
la geología, pasando por las excavaciones, toda la historia
de la investigación en Benzú, además de diversas analíticas
de fauna terrestre, marina, arqueobotánica en sus diversas
manifestaciones -tanto polen como carbones...-. También
cuenta con apartados históricos sobre la tecnología lítica y
los recursos líticos y sus procedencias, lo que se conocer
como arqueometría. Además hay unos capítulos densos sobre
valoración histórica, de síntesis del yacimiento y lo que
representa en el contexto regional del Estrecho de Gibraltar
junto con una valoración de su contexto histórico, donde se
ve la importancia que tiene el yacimiento. En estos tiempos
es complicado finalizar las memorias de este tipo y ha
supuesto un claro esfuerzo colectivo, un esfuerzo amplio e
interdisciplinar. Hemos logrado la difusión de estos
conocimientos que se han alcanzado después de una década de
trabajo en Ceuta por parte del grupo de la Universidad de
Cádiz.
P.- ¿Qué han significado estos diez años de investigación
y trabajo para el grupo de la Universidad de Cádiz?
R.- Para nosotros ha sido muy importante. En primer lugar,
por poder tener un yacimiento con gran información y novedad
en la orilla africana del Estrecho. Las hipótesis que
veníamos valorando de plantear relaciones y contactos,
confirmarlas y ver todo el gran potencial e investigación
que tiene la zona. Además, en el proceso histórico, porque
sabemos que hay ocupaciones de cazadores-recolectores
paleolíticas y ocupaciones tribales neolíticas. En verdad
estamos muy contentos del trabajo y de los resultados
obtenidos.
P.- ¿Lamentan no haber encontrado restos óseos humanos
durante la investigación?
R.- La arqueología funciona mucho por espectacularismos.
Somos arqueólogos de la etapa prehistórica y con un sentido
histórico. No hemos encontrado al grupo humano, pero sí sus
manifestaciones y todo lo que indicaba su vida. Hemos
encontrado su tecnología, sus herramientas, lo que comían...
Ideas e información de cómo se movían. No consideramos no
haber encontrado restos humanos una frustración. Creo que
somos historiadores y se ha podido ofrecer en este libro un
resultado de un balance histórico y de los modos de vida de
estas sociedades. El yacimiento sigue estando ahí y tiene
mucho potencial. Se ha excavado menos del 10% y hay para
mucho tiempo, tanto en Benzú como en cuevas inmediatas, en
las que a medio plazo también querríamos seguir
investigando, como las cuevas de Enríquez, que están
próximas, junto con el gran potencial que tiene Ceuta a raíz
de la propia prospección que hicimos hace dos años. Hay
bastantes sitios donde podemos seguir trabajando.
P.- ¿Qué es lo que puede decir del equipo que ha
trabajado con usted durante esta década en el yacimiento?
R.- Son compañeros formidables. Primero gente de palabra
porque todos han cumplido. Todos han demostrado su valía. El
carácter interdisciplinar es muy importante en estos
estudios, poder coordinarnos en los trabajos. Ha participado
gente de muy diversa especialidad y a la que ha unido un
objetivo común y se ha podido aportar cada uno un grano de
arena. Es una obra colectiva. Hoy en día la arqueología
prehistórica es una obra de equipo y ha desaparecido el
arqueólogo con la ‘mochila’. Es el único futuro posible
porque así se avanza muchísimo como hemos demostrado aquí.
Una década es poco para prácticamente el nivel de
conocimientos que había de Ceuta en la Prehistoria, que era
de los años 70 y dimos un salto muy cualitativo. Esto ha
sido todo una labor de equipo.
P.- ¿Qué cree que va a significar para la comunidad
internacional arqueológica que por fin se publique esta
Memoria?
R.- Estamos distribuyendo los libros y estamos recibiendo
algunas opiniones. En general se está valorando el trabajo
realizado, se está reflexionando porque hay que asumir que
lo que estamos planteando es que son los mismos grupos
humanos de la península, sin tener en Benzú neanderthal,
aunque la tecnología es la misma. Es una cosa totalmente
novedoso. Lo que nos avalan son 37.000 objetos tallados que
están claramente en la línea de Gibraltar, de Palomas,
digamos los grandes grupos en el sur de la península
ibérica. Al ver esa sintonía tan grande, estamos en la fase
de intentar consolidar una tesis. Estamos en la búsqueda del
paradigma de mostrar estas relaciones y sabemos que no se
acaba con la publicación de este libro, ya que una parte
importante sería encontrar huesos humanos y vamos a seguir
trabajando en la región y en concreto en Ceuta. Hemos dado
ahora un paso muy importante para mostrarlo a la comunidad
científica a la ciudadanía. Quiero recordar que el libro ha
sido co editado por la Ciudad y la Universidad de Cádiz y se
va a difundir tanto para el especialista como para el
ciudadano medio, aunque haya apartados más técnicos. Sin
embargo, en las conclusiones hemos intentado que sirvan para
que cualquier persona, que tenga interés de aprender,
conozca la síntesis de estas ocupaciones en el yacimiento.
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