Nos ha llegado una carta de agradecimiento a la protectora
de Ceuta de un hombre que está en prisión.
La historia que une a este hombre con la protectora, empieza
en el momento que lo detienen, yendo acompañado de dos
perras. A este hombre lo metieron en prisión, y parecía
estar mas preocupado por como estarían sus perras, que por
la condena que había recibido.
No tardaron en ponerse en contacto con nosotros agentes
sociales de la prisión explicándonos el caso. Nos pusimos en
contactos con familiares suyos, que estarían encantados en
tenerlas en sus casas hasta el fin de la condena del
propietario, pero vivían en el País Vasco, y les sería
difícil el desplazamiento.
Nosotros por el bien de las perras, no dudamos en cogerlas
de la perrera municipal, desplazarnos hasta Algeciras
y enviarlas por mensajería. Casi todos los gastos pagados
por la hermana del detenido.
Esto que es para nosotros un acto tan normal, conmovió mucho
a la familia que aguardaba a las perras y así nos lo hizo
saber. Y hoy ha llegado una carta del hombre, de la cual
pongo las frases que me han parecido más significativas. Se
nota que tenía mucho sentimiento hacia sus perras.
-”Podeis echarme la bronca sin miedo, lo merezco, seguro que
las dos perras también estarán enfadadas conmigo. Muchas
gracias de todo corazon por todo lo que habeis hecho, para
que yo pueda recuperar mi alegría, y mis dos perras su vida,
que yo casi les arrebato.
Os debo mucho, y no se puede pagar con dinero, os debo como
la vida, por mí, por mi familia, por mis perras. Ahora mismo
me siento como si hubiese resucitado, porque de pensar que
mis dos soles estaban entre rejas, me moría de la rabia. No
les había fallado nunca, y ahora me sentía fatal por ellas:
El tiempo que esté en prisión lo voy a dedicar a estudiar
sobre los animales, y la mayor ilusión de mi vida sería
poder dedicarme a lo que haces tú. Tenía esa ilusión
perdida, pero ahora vuelvo a creer en la gente.
He llorado mucho, y cuento los días para volver a estar
junta la familia (mis perras son parte de la familia). Hoy
he recibido una carta de mi hermana, y me ha dado vuestra
dirección para daros las gracias. Os escribiré una carta al
mes, si no os molesta, para comentaros sobre las perras y
sobre mi.
El peor momento de mi vida, fue cuando me detuvieron, y
no pude despedirme de ellas. Solo pensaba en ellas.
Tengo 42 años, pero más vale tarde que nunca. Quiero
aprender todo lo que pueda sobre perros, y poder ayudarlos
como haceis vosotros. Gracias de todo corazón.”
Solo quería trasmitir a todos los socios y voluntarios los
agradecimientos de esta persona. Sin la aportación de los
socios, y la ayuda de los voluntarios, esto no se
mantendría. E historias como el envio de estas perras serían
imposibles, teniendo que ser eutanasiadas pasado el plazo
que marca la ley. Animar a todos a seguir igual.
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