El Ejecutivo del Partido Popular
ha elaborado y aprobado la primera de las siete reformas
educativas aprobadas hasta el momento en nuestra historia
democrática a pesar de haber ocupado la Presidencia del
Gobierno durante ocho años, la Ley Orgánica de Mejora de la
Calidad Educativa (LOMCE). Una Ley que responde desde una
posición realista a los problemas derivados de un sistema
educativo que ofrece los peores resultados educativos de
nuestro entorno (altísimo porcentaje de fracaso escolar y
unas más que notables cifras de paro juvenil).
Un ejemplo palpable de dicho fracaso lo encontramos en una
de las pancartas que portaba uno de los asistentes a la
última concentración convocada en la Plaza de los Reyes “Si
somos el futuro ¿por qué nos dan por culo?”. Existen muchas
formas de expresar una reivindicación, pero siempre desde la
moderación y el respeto a los principios democráticos. Por
cierto, una concentración promovida, apoyada y alentada por
las principales centrales sindicales, formaciones políticas
en la oposición y por los distintos movimientos sociales
surgidos tras las últimas Elecciones Generales celebradas.
Reivindicar una escuela pública de calidad es una obligación
moral de todos los que creemos en un Estado de Derecho
sustentado en el principio de igualdad. Es una causa justa,
en cuya defensa los ceutíes nos debemos sentir especialmente
comprometidos. No en vano, nuestra ciudad presenta las
cifras de fracaso escolar más elevadas de todo el país, de
toda la Unión Europea. La Ley Orgánica de Mejora de la
Calidad Educativa aprobada por el Ejecutivo del Partido
Popular pretende fortalecer el sistema público de enseñanza,
aplicando políticas específicas en el ámbito pedagógico que
se adapta a nuestra realidad. En definitiva, el Ejecutivo de
la nación ha elaborado una reforma, que sin ninguna duda
atenderá convenientemente las problemáticas que arrastra un
sistema educativo auspiciado por la izquierda española.
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