Las nuevas tecnologías están
cambiando los hábitos y las costumbres, incluso aquellos que
se venían trasmitiendo de generación en generación, y una de
esas costumbres es acercarse, por la mañana a primera hora,
al “kiosko”, y coger la prensa del día.
A alguien que no esté o no haya estado al corriente de esta
situación le podría parecer mentira, pero quienes hemos
conocido muy de cerca la situación hemos visto que en dos
años la venta de la prensa escrita en papel ha descendido en
torno a un 35% y cada día va más a la baja.
La cuestión es muy clara y además de la crisis que hace que
muchos se priven del primer café y también del euro y pico
del periódico, porque lo primero que han hecho ha sido abrir
el ordenador y recorrer toda la prensa nacional sin gastar
nada, con lo que entre el café que no se toman y el
periódico que no han comprado se van a ahorrar casi cien
euros al mes.
Puede parecer poca cosa esa de comprar el periódico o
tomarse un simple café, pero en época de recortes se recurre
a todo para poder ir tirando.
En esta situación y que a nadie se le escape esto, los ERES,
en este tipo de empresas, se han incrementado mucho más de
lo deseable, incluso en medios que, aparentemente, parecían
intocables, con lo que el personal que ha ido y está yendo
al paro es, cada día, más numeroso.
Esto con condiciones normales, sin entrar en esas otras
cosas en las que por parte de algún organismo de poder se
hace todo lo posible para hundir a empresas editoras. De eso
se sabe algo por aquí.
Y como los chaparrones de primavera pueden caer sobre
cualquiera, por buen paraguas que se lleve abierto, veo que
una ciudad como Salamanca, en muy poco tiempo, ha pasado de
tener tres periódicos a haber quedado tan sólo uno, por
cuanto el más veterano de los medios escritos El Adelanto
publicó el pasado jueves su última edición.
El Adelanto de Salamanca tenía ya 130 años de existencia,
era un periódico, dentro de los provincianos, de cierta
categoría y donde, al menos cuando yo lo conocí hace muchos
años, sus páginas estaban abiertas para todos. Yo, en
concreto, allá por los años1967 o 1968 escribí en alguna
ocasión y siempre se me trató muy bien.
Ahora ya, ese periódico es historia, tras haber publicado un
ERE de extinción y eso en un medio que además de la edición
que publicaba para toda la provincia de Salamanca y parte de
Ávila, también publicaba una edición para Zamora.
La crisis no tiene frenos y la posibilidad de leer lo mismo
y mucho más, sin tener que gastar un euro, hace todo lo
demás.
No sé si este medio seguirá con algún formato digital, algo
que ya hace un par de años hizo otro de los diarios
salmantinos “Tribuna de Salamanca” que dejó de tirar la
edición impresa para dedicarse exclusivamente al formato
digital.
Particularmente me da pena, lo primero porque este medio
formaba parte, a diario, del “escaparate” de cualquiera de
los “kioskos” charros y además porque este cierre lleva a
engrosar el paro con otras treinta personas más.
Lo que he dicho más arriba, “el papel” se va reduciendo y
cada vez se reduce más, especialmente en las zonas en las
que la población va decreciendo y aquí, si bien es cierto
que Salamanca ciudad crece, no menos cierto es que muchos de
sus pueblos van perdiendo población que con la pérdida del
trabajo o con la utilización de otras tecnologías no les
queda espacio para seguir comprando el periódico.
Visto lo visto nada me extraña que haya quien se agarre a lo
oficial o extraoficial como a un clavo ardiendo para seguir
viviendo, si no es con dignidad, con lo que les vaya cayendo
del dinero de todos.
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