El curso escolar afronta su recta final y muchos son los
centros de la ciudad que apuran para vivir alguna de las
numersosas actividades aglutinadas en la guía educativa
‘Ceuta te Enseña’. Uno de estos colegios es ‘San Daniel’ que
durante el pasado jueves llevó a sus alumnos de 3º de
Educación Primaria a una de las actividades más llamativas
de la guía, la visita a la Escuela Ecuestre de Ceuta.
El pasado jueves, un total de 29 alumnos de Educación
Primaria del colegio San Daniel visitaban alrededor de las
10.00 horas, junto a su profesora, las instalaciones de la
Escuela Ecuestre, donde fueron recibidos por Maite, una de
las monitoras del centro que, por espacio de prácticamente
tres horas, fue la encargada de dar a conocer a los alumnos
de San Daniel el fascinante mundo de los caballos.
Una vez dada la bienvenida a los 29 alumnos y a la señorita
Sara, la monitora comenzó la actividad con una charla a
través de la cual fue dando a conocer el mundo ecuestre para
posteriormente iniciar un recorrido por todo el recinto,
hasta llegar a los caballos.
Gracias a las explicaciones de la monitora, los pequeños
supieron que la diferencia entre un caballo y un pony es tan
sólo de un centímetro, que dependiendo de las capas (pelo)
los caballos son negros, castaños, tordos, alazanes,
ratoneros, pios, apaloosas ó palominos. Que también en sus
cabezas existen marcas que se llaman estrella, cordón
corrido o careta, o que dependiendo de cuantas patas
presenten lo que parece unos calcetines blancos se pueden
llamar ‘bialbo’, ‘trialbo’ o ‘cuatralbo’, e incluso como
saber que edad puede tener el caballo a través de una serie
de marcas.
Además, todas estas características las pudieron comprobar
personalmente los jóvenes sobre los más de 130 caballos que
tiene la Escuela Ecuestre, quienes tuvieron la ocasión de
acariciar a estos dóciles animales. Joaquín, Quemado, King
Kong, Romero, Romerito, Lacasito, fueron algunos de los
caballos que sirvieron como ejemplo a las explicaciones que
iba dando la monitora.
Tras las explicaciones, llegó el momento de reponer fuerzas
y tras un merecido desayuno, la visita continuó. Los alumnos
aprendieron a limpiar y cepillar a los caballos para
posteriormente poder montar durante unos instante sobre
estos animales, algo que provocó que más de uno acabara la
visita con el firme propósito de convencer a sus padres para
que los inscriban para poder aprender equitación.
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