La celebración del patrón de la
Policía Local, San Urbano, sirvió para señalar por parte del
Superintendente, Angel Gómez que habían vivido un año de
renovación y modernización, vinculando estos conceptos al
nuevo organigrama del Cuerpo; también se habló del carácter
de cercanía de este Cuerpo policial, un hecho que le
caracteriza por antonomasia y de que se trata de un modelo
policíal preventivo, asistencial y de calidad, comprometido
con el progreso y el desarrollo de la ciudad. Se entregaron,
como es habitual, medallas y distintivos, pero nada se dijo
del nivel de incumplimientos del Gobierno en referencia
expresa a la Policía de Barrio que se iba a implantar en el
primer trimestre de este año y que sí sería un auténtico
valor de cercanía y seguridad para nuestras barriadas.
De los perjuicios económicos que el Plan de Austeridad ha
provocado en los emolumentos de las horas extraordinarias de
la Policía Local tampoco se dijo nada, como tampoco de los
conflictos internos surgidos y que provocaron la vuelta de
Angel Gómez al puesto que parece tenerle tomada la medida
por su amplísima experiencia y profesionalidad. En cuanto a
los “desajustes” verbales de Yolanda Bel con ocasión de
algunas intervenciones faltas de coordinación con la Policía
Nacional, también han sido puntos oscuros y obviados en ese
balance anual de un Cuerpo donde hay profesionalidad y
dedicación, aunque los políticos no siempre sepan
corresponder.
El Dia de San Urbano, propicio para la lisonja, los honores,
los agasajos y los parabienes, también debería de tener
algún atisbo de autocrítica para que no todo fuera miel
sobre hojuelas y así no desvirtuar la realidad que suele ser
bastante más cruda.
|