Según me cuentan, esos amigos que
siempre están dispuestos a contarte algo, el pliego de
condiciones para el asunto de la publicidad institucional,
ha sido realizado por un trabajador eventual, de esos que se
meten por el sistema de la “oposición del dedatil”. O sea,
si mis informadores no están equivocado, que también puede
ser, en esa redacción del pliego no ha intervenido ningún
funcionario cuyo puesto ha sido ganado por una oposición,
para mayor claridad, por un funcionario de carrera. ¡Toma
del frasco, Carrasco!
Lógicamente, ese trabajador eventual, sin responsabilidad
alguna, habrá recibido las órdenes para hacerlo del manda de
turno y, si no me equivoco, que también podría estar
equivocado, asesorado por algún funcionario de carrera.
Porque si él solito lo ha redactado, por orden del manda de
turno, sin la intervención y asesoramiento de un funcionario
de carrera, la responsabilidad total será del manda de turno
y no de un señor que es, simple y llanamente, un empleado
laboral, por la “oposición del dedatil”,sin responsabilidad
alguna.
O sea, con claridad meridiana que, al parecer, todo apunta a
que hay una responsabilidad política en la entrega, en la
publicidad institucional, de esos QUINIENTOS MILLONES de las
antiguas pesetas. Manda… la cosa.
Igual que manda…la cosa, si en la mesa de contratación de la
publicidad institucional, forma parte de la misma, un
empresario con voz y voto. Se entiende que ese empresario no
podrá recibir publicidad alguna para su empresa, porque eso
sería, sin duda alguna, Juan Palomo yo me lo guiso, yo me lo
como.
Si no estoy equivocado, porque no estoy muy puesto en los
asuntos de las leyes, de recibir publicidad para su empresa
podría, al parecer, estar cometiendo un delito tipificado en
el Código Penal. O sea que sigue mandando…. La cosa.
Como me gustan tanto las matemáticas,. Me ha dado por hacer
numeritos, sobre la cuantía a percibir anualmente de la
publicidad institucional.
Según dicen recibirá 810.000 euros al año. En el supuesto,
que es mucho suponer, que se hagan 10 anuncios
institucionales al mes, durante un año serían 120 anuncios.
Dividiendo los 810.000 entre 120 anuncios, sale cada anuncio
a 6750 euros, que traducidos en pesetas nos da una cantidad
de 1.120.500 pesetas el valor de cada anuncio.
Ni en los rotativos de mayor venta, no digo tiradas, de
nuestro país saldría tan caro un anuncio institucional. Y
aunque las comparaciones son odiosas, en el supuesto que se
vendan 1000 ejemplares diarios, que es mucho suponer, la
diferencia de otros con venta de millones de ejemplares es
abismal. O sea los anuncios de la publicidad institucional
valen su precio en oro.
Y es que, cuando uno no se tiene que ·”rascar” su bolsillo,
y juega con el dinero de los demás, nada importa. Porque ese
dinero, esos QUIINIENTOS MILLONES de las antiguas pesetas,
van a salir del bolsillo de todos los ceutíes.
Y mientras, venga a subirnos los impuestos. ¡Ele el arte,
que no se puede aguantar!. ¿O no?
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