Imagínese un día en el que todos los comercios de la ciudad
están cerrados. Pensará que es domingo o fiesta e irá a un
museo, a tomar el aperitivo, al cine, al teatro, a hacer
algo de deporte, al parque con los niños, a pasear… Pero no
es domingo, tampoco es fiesta y a la ciudad le falta algo.
Uno no puede entrar en ninguna tienda. Están cerradas.
Hay Comunidades Autónomas que viendo la que se avecina con
los pequeños comercios han decidido utilizar parte de los
fondos europeos en fomentar con medidas políticas el pequeño
comercio, para que no se hunda, pero eso no es suficiente.
Si el comercio pequeño cerrara como consecuencia de esta
crisis que conlleva tal falta de confianza que el consumo
desciende a marchas forzadas, lo hará paulatinamente, no
será como el cierre inmediato de una gran fábrica de coches
o un gran almacén, es un sector atomizado que emplea no sólo
a su propietario y a parte de su familia sino a muchos
dependientes que, lamentablemente, ya se van dirigiendo al
paro.
Pero todos los gobiernos españoles han decidido que no debe
importar demasiado que las ciudades se conviertan en una
mala copia de un país en el que sólo existan grandes
almacenes, quizá, incluso, a las afueras de la ciudad.
Se ha olvidado de que el pequeño comercio no sólo abastece a
la ciudad sino que la hace vivir y disfrutar.
Pero en una crisis como la que tenemos, periódicos de gran
tirada nacional, venden relojes, y Bancos, como el BBVA,
ofrecen en sus sucursales folletos con todo tipo de
artículos para sus clientes. No importa que el personal de
las sucursales bancarias haga de dependientes y realicen
actividades laborales ajenas a su contrato. Además, la
liberalización horaria permite que los domingos abran los
grandes almacenes, en la práctica, los pequeños comercios no
pueden abrir todos los domingos porque tendrían que
contratar a alguien y las ventas no dan para ello.
A veces nos dicen que es por el turismo. Eso sí, si usted es
un turista asiduo de países tan desarrollados y civilizados
como Austria, Suiza, Alemania, Francia, etc. verá todo el
comercio, incluidos los grandes almacenes cerrados los
domingos y festivos. ¿Estarán atrasados? Parece que no.
Parece que intentan mantener los trabajos del comercio - que
se autoemplean y no suponen costo para el Estado además del
empleo directo e indirecto que éstos proporcionan -,
permitir que las familias estén juntas un día a la semana y
dejar que sus ciudades dispongan de esas tiendas que les dan
vida.
Hay un Ministerio de Economía y “Competitividad”, una
Secretaría de Estado de “Comercio” diecisiete Comunidades
Autónomas que podrán ejecutar aspectos de la normativa de
comercio pero no podrían legislar en contra de una
prohibición clara de una Ley estatal.
Hay muchas organizaciones de comercio y, también nosotros,
diciéndole esto a todas las Administraciones de todos los
Gobiernos. Pero nada. Debe ser de lo poco en lo que están de
acuerdo los grandes partidos políticos, que los periódicos y
los bancos actúen como comerciantes minoristas y que el
escaso mercado que le quedaba al comerciante se diluya por
esos canales tan poco potentes que tienen una red de
quioscos y sucursales por todo el país
Las ayudas económicas no sustituyen la toma de decisiones
necesarias para no poner el mundo al revés. Hay que empezar
por ahí.
* Directora de la Asociación Española de Joyeros, Plateros y
Relojeros
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