Los ‘shangam’ son grupos de auyoayuda compuestos por
mujeres. Constituyen un foro donde, además de encontrar
apoyo moral, las mujeres pueden formarse y fortalecer sus
capacidades para ir ganando autonomía. Un término,
relacionado con el tan nombrado ‘empoderamiento’, que busca
“visibilizar” a las mujeres para que ocupen “el lugar que
les corresponde en la sociedad”. El de ‘shangam’ es uno de
los términos que el visitante aprende recorriendo la
exposición ‘Mujeres: la fuerza del cambio en la India’, una
muestra itinerante que, de la mano de la Fundación ‘Vicente
Ferrer’, recorre el país y que hasta mañana puede verse en
la avenida alcalde Sánchez Prado (Gran Vía).
El director general de la Fundación, Jordi Folgado Ferrer,
explica en una entrevista con EL PUEBLO que en esta muestra
se narran las historias de siete mujeres que se han
convertido en su entorno en “ejemplos de superación”, en
“referentes” de cómo a través del “trabajo y el sacrificio”
se alcanza que la unidad familiar y la comunidad “prosperen”
y se salga “del pozo de la pobreza profunda”. “Vicente
Ferrer decía que la erradicación de la pobreza profunda ha
dejado de ser una utopía y tiene solución”, apunta. “Es una
exposición que muestra el trabajo que está haciendo la
Fundación en las áreas de ecología, sanidad, vivienda,
mujer, personas con discapacidad, educación...”, explica el
director general, quien destaca que a través de esta muestra
se intenta acercar esa realidad a los ciudadanos.
Pero no sólo es acercar esa realidad, sino lograr la
“cooperación” de la sociedad. “El compromiso en esta lucha”,
apunta. “El desarrollo no es simplemente trabajar en un área
en concreto, sino un conjunto de actuaciones enfocadas a
erradicar la pobreza”, explica Folgado Ferrer, quien destaca
el “apadrinamiento” como una de estas soluciones. “Son 18
euros al mes y se logra el acceso de los chavales a la
educación, a la sanidad y a la posibilidad de tener una
vivienda, una serie de necesidades que quedan cubiertas”,
explica. Con este dinero también se consiguen microcréditos,
por ejemplo -explica- para comprar una vaca que les permita
obtener beneficios. Lo “esencial” -apunta- es la “ayuda
económica”, pero también es necesaria la colaboración de
perfiles como el de los médicos. El idioma es un
inconveniente para cooperar porque apenas nadie habla inglés
en estas poblaciones rurales. En general, y pese a la
crisis, el director destaca que hay “más solidaridad”. “Pero
la crisis nos está afectando a todos”, lamenta.
Nacer mujer
Según los datos de la ONU, y tal como se refleja en la
muestra, la India es el cuarto peor país para nacer mujer.
“Yo a veces me pregunto cómo es posible que haya países en
los que aún sea peor, pero claro hay sitios como Afganistán
o la República del Congo, donde todavía están peor”, lamenta
Folgado. “Las mujeres en la India están discriminadas por la
casta, por ser mujeres y si alguna tiene alguna
discapacidad, aún más”. Pero para que esta situación mejore
-matiza el director de la Fundación-, hace falta la
implicación de las mujeres, pero también de los hombres.
“Los avances que vamos consiguiendo respecto a las mujeres
es porque previamente hemos trabajado con los hombres y
ellos han visto que la prosperidad de las familias depende
mucho de la capacidad que tenga la mujer para aportar
recursos y para ejercer un liderazgo”, concluye.
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