Algunos se empecinan en
tergiversar la realidad con la única intención de
desacreditar la imagen ante la sociedad ceutí del Partido
Popular, una formación política de centro reformista al
servicio de los intereses generales de todos los ciudadanos
sin exclusión alguna. Una formación que asume como
principios de la gestión pública la eficiencia y calidad en
la prestación de los servicios, la austeridad, el control
del déficit establecido en la reforma constitucional y el no
solapamiento de competencias entre administraciones.
El Partido Popular de Ceuta gobierna esta ciudad desde hace
años fruto de la confianza mayoritaria otorgada por una
ciudadanía que valora muy positivamente su labor al frente
del Ejecutivo local. A pesar de dicha mayoría, y de las
críticas vertidas desde las formaciones políticas en la
oposición, la intención del grupo parlamentario popular en
la Asamblea siempre ha sido alcanzar el mayor consenso
posible en todos sus planteamientos, incluso en relación a
las propuestas planteadas desde las formaciones políticas en
la oposición.
Por todo ello, resultan inaceptables las acusaciones
vertidas la pasada semana por los portavoces de la coalición
Caballas respecto a unos supuestos incumplimientos plenarios
como consecuencia de enfrentamientos internos en una
formación política firmemente cohesionada alrededor de su
máximo representante. Por cierto, solo en el caso de que
alguien lo haya olvidado, el grupo parlamentario popular
cuenta con 18 de los 25 diputados autonómicos, una amplia
mayoría otorgada por los ceutíes, que le permite gobernar
sin la participación del resto de formaciones políticas del
arco parlamentario. No por mucho repetir una mentira, se
convierte en verdad.
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