Hoy había decidido olvidarme de
los políticos locales y de las torpezas que vienen
cometiendo en cuanto abren la boca para hablar del ‘caso
Urbaser’. Un asunto que ha puesto a nuestro alcalde en la
picota. Lo que, hasta hace nada, parecía misión imposible.
Pero mi voluntad es tan débil que he vuelto a sucumbir ante
un hecho que ya apesta por los cuatro costados.
Apesta tanto, miren ustedes, que hasta José Antonio
Carracao nos ha recordado que lo de Urbaser se está
pareciendo “mucho” al caso Bárcenas. Y lo primero que
se me ha venido a la memoria es que, si no lo remedia
alguien, más pronto que tarde nos desayunáremos con otra
portada de aquí te espero.
Por lo que un miembro del gobierno, que es distinto a los
demás, no ha tenido el menor inconveniente en decirme: “Por
más que Vivas se empeñe en acudir a todos los medios
afines presta la sonrisa y dispuesto a destacar su labor
mediante audaces metáforas futbolísticas, sabe sobradamente
que se halla en situación de crítica y descrédito. Y que
bien haría en pensar mejor y en volver a la realidad”.
Una realidad de la que tendrá que hablar hoy lunes, si la
reunión no ha sido suspendida, con María Dolores de
Cospedal. Porque me imagino que la secretaria general de
los populares, enterada ya del pago de los camiones
amortizados, querrá conocer la versión de Vivas. Y ojalá que
a éste no se le ocurra decirle que “a Urbaser se le ha
pagado lo que correspondía, pero no significa que todo lo
que se ha pagado correspondía”. Convencido de que la señora
Cospedal comprenderá que él se expresó así, pensando en lo
bien que lo hizo ella hablando de que “la indemnización que
se pactó con Bárcenas fue en diferido, en forma de
simulación”.
Dado que María Dolores de Cospedal las coge al vuelo, de no
ser así, imposible sería que estuviera ocupando los cargos
que ocupa, podría pensar, por qué no, que nuestro alcalde se
está tomando el ‘caso Urbaser’ a pitorreo. Y no es mujer,
según tengo entendido, a la que le haga ni pizca de gracia
que una cosa tan seria se tome a chanza. Máxime con la que
está cayendo.
Bien está que en Ceuta, desde que se supo que se habían
pagado camiones amortizados, una, dos y tres veces, por
valor de 12 millones de euros (2.100 millones de pesetas),
las explicaciones de quienes han querido defender lo
indefendible han conseguido que se hagan bromas de ellos. A
pesar de la gravedad del asunto.
Así, se ha corrido la voz de que, ya mismo, no habrá nadie
que quiera hacer de portavoz para propalar que lo
relacionado con Urbaser son “carracadas”. Rabietas de un
muchacho socialista, despechado porque se le haya negado una
permuta laboral. Y bla, bla, bla, bla. En suma, cháchara
barata, en la cual todos los participantes terminan como
terminó Cagancho en Almagro.
Con tan escaso bagaje defensivo, nuestro alcalde accederá al
despacho de la señora Cospedal, como en él es habitual,
sobrado de lisonjas, repleto de síes, atiborrado de
parabienes, y luciendo su educación ‘oriental’. Aunque, y
conviene destacarlo, tratará de hacer alardes de su buenismo…
El cual le ha permitido no darse cuenta de que la
Administración local estaba dando millones y millones de
euros a Urbaser por camiones ya pagados. Y, desde luego, no
dudará lo más mínimo en quejarse amargamente: “Confié
ciegamente en la empresa de la basura. Y ésta, María
Dolores, no me avisó de mi error. Todo ello, lo puede
corroborar Aróstegui. Que hoy no ha podido venir…
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