Los partidos políticos y otros
entes similares oficialistas…, presuntamente cuando quieren
silenciar cualquier circunstancia o hecho acaecido. Entre
otras medidas que adoptan, es ordenar a sus portavoces y
correveidiles, para que lancen estratégicamente bombas
fétidas desde sus particulares verborreas, para que
provoquen el mayor ruido posible, y se hable o se escriba
sobre ello inmediatamente después de ser esputadas, para que
nos olvidemos lo antes posible, de lo que ellos desean tapar
o enterrar.
Por mi forma de ser y entender esta jungla, a estas alturas
de mi existencia, prefiero estar solo antes que contaminado,
porque no soporto ya ni un bamboleo, pero menos las
impertinencias de los sinsustancias, trepadores y don nadie.
Debiendo, por tanto, ser cuidadoso para no picar en los
enrevesados engaños y trampas que nos lanzan, porque juegan
con el pueblo como les viene en ganas, al creerse esas
excelencias aforadas o no, estar por encima del bien, mal,
rezos y plegarias.
Consecuentemente, para que no me afecten dichos hechos y
otras actitudes de la misma complejidad y embrollos, debo
tomar medidas de autoprotección aislándome lo más posible,
ya que a veces, el dispositivo sensitivo del disco duro de
mi PC, al no efectuarle periódicamente la purificación y
limpieza adecuada pasándole el antivirus apropiado, se
encuentra hasta la ceja y no soporta tanta agresividad,
farsa, hipocresía y ligerezas por parte de los unos y de los
otros del panorama local, autonómico y nacional político
inurbano, que practican presuntas intoxicaciones y
perversiones hasta el más allá de los límites permitidos.
Aunque, como consecuencia de las tareas literarias y
periodísticas a las que me dedico, debo estar receptivo para
estar informado de todo cuanto acontezca diariamente, en
esta España querida de Antonio Molina y del almeriense
Manolo, el del carro.
Pero, a veces, se dicen y se expanden comentarios que calan
con tal saña las pulsaciones de las sensibilidades, como
ocurriera hace unas fechas recientes, cuando varias
concursantes del programa de Tele5 ‘Gran Hermano14’, estaban
conversando acerca de las diferentes manifestaciones
realizadas contra los recortes… Diciendo Argi: “Yo sólo he
ido a una, la que vuelva ETA”.
Dicho comentario provocó un gran revuelo en la mayoría de la
sociedad española, por lo que, la dirección de la cadena de
televisión, tomó la acertada decisión de expulsarla del
concurso.
Pero, no hay uno sino dos comentarios similares emitidos
casi seguidos citando a la banda terrorista. Y si el de Argi
es inadmisible, el realizado por el ministro del Interior
del PP, Jorge Fernández Díaz, es presuntamente tan grave
como el anterior o más. Porque cuando estaba ofreciendo una
rueda de prensa relativa a las últimas detenciones llevadas
a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado,
contra la cúpula etarra en Francia.
Al ser preguntado por un periodista, por la ley del aborto
de su compañero el ministro Alberto Ruiz Gallardón.
Fernández Díaz contestó: “Eso lo dejamos para luego porque
el aborto tiene poco que ver con el terrorismo”,
prosiguiendo, “tiene algo que ver, pero en fin, no
demasiado.” Provocando lo último anterior pronunciado, que
tuviera que matizar horas después al respecto, por así
habérselo solicitado compañeros de partidos, asociaciones de
victimas del terrorismo y miembros de otras formaciones
políticas...
Otro asunto de suma trascendencia acaecido y que ha
traspasado fronteras, es la resolución adoptada por la
Audiencia Provincial de Palma de Mallorca el pasado martes
7, suspendiendo provisionalmente la imputación de la infanta
Cristina, de los presuntos delitos que le imputada el juez
Castro por el caso Nóos...
Dicha resolución ha zarandeado presuntamente al Estado de
Derecho y a la igualdad que promulga la Constitución
española, y también a lo proclamarlo por el rey de España
Juan Carlos I hace unas navidades al decir: “La Justicia es
igual para todos”.
Pero “como nunca llueve a gusto de todos” el pueblo llano,
contribuyente y trabajador está que trina con esa resolución
favorable a la infanta, al considerar “que la justicia
española no es igual para todos”. Pero, por el contrario,
entre los que se alegraban de la no imputación de la
infanta, se encuentra el fiscal general del Estado. También
expresaron su satisfacción ciertas castas afines a la
monarquía, ministros y otros personajes de la política,
especialmente, de la rancia derecha española. Por lo que,
desde esta ventana de la libertad de expresión, propongo que
la realeza borbónica y el Gobierno estatal del PP,
condecoren al fiscal general Torres-Dulce, y al de Palma de
Mallorca Pedro Horrach, con la ‘Encomienda de Enrique IV -El
Impotente-’’, u otra similar. En fin…
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