PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 12 DE MAYO DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Hay que respetar a la Policía
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

En mis ratos libres, cuando yo ejercía de entrenador de fútbol en una ciudad donde se amontonaba el trabajo en la Administración de Justicia, solía reunirme con un juez a quien le chiflaba el deporte rey. Ya que lo había practicado siendo universitario en Madrid, y le encantaba conversar conmigo al respecto.

De la soledad del entrenador, debo decir que charlábamos mucho. Que los entrenadores estaban sometidos a una enorme presión. Que manejar un vestuario era muy complicado. Y qué decir de las decisiones que teníamos que tomar deprisa y corriendo.

Incluso le contaba que había muchos compañeros que llegaban al banquillo con cuatro copas a fin de poder soportar los vaivenes del encuentro y el comportamiento de los espectadores. Así como tener que someterse, recién acabado el espectáculo, a las preguntas de unos entrevistadores que, en muchos casos, no sabían ni papa de lo que estaban preguntando. Sin olvidar, cómo no, el tener que bregar durante la semana con las diversos pareceres de los medios y de los propios directivos.

Él me recordaba que mandar es muy difícil. Y más aún saber mandar. Y que entendía perfectamente mi situación. Y recuerdo cómo en una de nuestras charlas le pregunté si acaso ser justo es tarea fácil. Y su señoría, tardó nada y menos en responderme: Manolo, ser justo no es tarea fácil, se requiere mucha firmeza y compasión al mismo tiempo.

Y yo, dentro de mi desconocimiento de cuanto acontece en una función pública que nunca ha dejado de estar en bocas de todo y cuyas carencias son hartamente denunciadas desde hace muchos años, le decía que, aunque ser entrenador es una profesión de riesgo y que suele acelerar el envejecimiento de los técnicos, la prefería a la suya. Porque impartir justicia debe de ser, por más que se base en leyes aprobadas, tan terrible como para irse a la cama con la enorme preocupación de si, a pesar de los argumentos exhibidos, se había actuado con la equidad correspondiente a cada parte.

Y aquel juez, muy avezado en su tarea, me aseguró que había habido muchas noches en su vida que se las había pasado en blanco. Noches de las llamadas toledanas, por mor de sentencias dictadas o que tenía que dictar. Y quise saber, si con el tiempo, los jueces llegaban a hacer de lo habitual costumbre y se acomodaban poniéndose de parte de lo más fácil.

En fin, con aquel juez, lo digo de verdad, aprendí yo a respetar las decisiones judiciales. Quizá porque era un placer pegar la hebra con él. Acerca de todo: de fútbol, de literatura, del hombre y sus circunstancias, y de cómo no existen los absolutos.

A mis años, que son muchos, he tenido que ir a los tribunales en varias ocasiones. Unas veces se me dio la razón y otras no. Pero nunca puse en entredicho la decisión de los jueces. Ni jamás se me ha ocurrido, ni siquiera en los momentos que corren, decir que en España la Justicia no es igual para todos. Así que procuro ser más que comedido en mis opiniones sobre este asunto.

Por todo ello, no comprendo cómo, nada más saberse que la juez del juzgado de instrucción número cinco ha ordenado a la Policía Nacional que investigue el ‘caso Urbaser’, haya habido gobernantes locales que se hayan expresado de tal guisa: Estamos seguros que los policías, destinados en Ceuta, harán la vista gorda en según qué cosas y el asunto de Urbaser quedará reducido a nada y menos. ¿Dónde está el respeto por la Justicia y el Instituto Policial?
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto