El servicio de transporte público colectivo “se hunde” si
no se le “da arreglo a corto plazo”. José María Cuéllar,
gerente de la empresa adjudicataria de este servicio,
dependiente de la administración local, afirma que la
situación no está causada por “una mala gestión” de la
empresa, sino por factores como la falta de autorización
para subir las tarifas, el sobrecoste de las bonificaciones,
que en ningún sitio de España “aporta una empresa privada”,
o el aumento del precio del combustible.
“O se le da arreglo a corto plazo, o esto se hunde, y no por
una mala gestión de la empresa”. El gerente de la
adjudicataria del servicio público de transporte colectivo,
José María Cuéllar, expresa con esta contundencia la
situación límite en la asegura se encuentra. Cinco meses
después de que presentara a la Ciudad Autónoma varias
propuestas para lograr el “equilibrio económico” de la
actividad, Cuéllar aún está a la espera de que la Ciudad
apruebe la que aseguró que “estudiaría”, consistente en la
autorización de una subida de tarifas, que son, explica,
“las más bajas de España”.
Otra de las posibilidades que maneja Cuéllar en caso de que
no se le autorizara el incremento del precio del billete,
que a día de hoy es de 80 céntimos de euros, es que la
administración local “descargue” a la empresa de algunas de
las bonificaciones que le obliga a aplicar. “Tenemos
bonificaciones para jubilados, para estudiantes, para
colectivos desfavorecidos, pero es que en ningún lugar de
España esas ayudas las aporta una empresa privada”, lamenta.
En cuanto al balance de explotación del servicio y para
justificar la necesidad de elevar el precio del billete o
recibir la ayuda que reclama a la Ciudad, el gerente destaca
por ejemplo la escalada de precios que ha experimentado el
combustible en los últimos años, en los que no se ha
actualizado sin embargo las tarifas. “Desde el año 2009
hemos tenido un aumento del precio del combustible de casi
un 100% y para que la gente se haga una idea, gastamos
750.000 litros al año”, indica.
Cuéllar sigue a la “espera” de una respuesta de la Ciudad,
mientras mantiene parado un Expediente de Regulación de
Empleo (ERE) que afirma tendrá que aplicar si no se arregla
la situación.
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Solicitud para que repongan las señales de paradas en la
N-354
El gerente de la empresa de
autobuses se ha puesto en contacto con la Delegación del
Gobierno, competente en materia de carreteras del Estado,
después de que la Guardia Civil advirtiera a un conductor de
que no podía recoger viajeros en su parada habitual de
Calamocarro por no estar esta señalizada. Según Cuéllar,
todas las señales de la N-354 desde Benítez se retiraron al
hacer obras en la carretera y no se repusieron. Delegación
se ha comprometido, señala, a colocarlas la próxima semana.
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