Y es que no podía ser otra cosa,
cuando se ha convocado una huelga por una Ley de Educación
que será, pero que no ha sido todavía.
Veo en la prensa local que en el profesorado estaban “tan de
acuerdo con la huelga” que la secundaron el 1,5% de los
profesores. ¡¡Vaya éxito!!. El dato es lo suficientemente
elocuente como para poder hablar de fracaso, sin paliativos.
Y es que, y ya van varias ocasiones con este tipo de
fracasos, nuestra sociedad está más que harta de que, a cada
instante, se convoque una huelga, con lo que seguimos
vendiendo una imagen de país, no sé si del tipo bananero o
incluso peor.
El fracaso este yo lo esperaba y me alegro, para que se
enteren de una vez por todas los sindicatos, especialmente
los de clase, que sus formas de actuar cuadrarían más con el
siglo XIX que con el XXI, en el que estamos viviendo.
Y es que, al tratar de buscar “clientes” para la huelga, lo
primero que hay que saber es si se informó con, claridad y
rectitud, lo que se pretendía y por qué se pretendía, porque
el hecho de utilizar una serie de estereotipos gastados no
dan pie a que personas sensatas sigan, ante las proclamas
izquierdosas de ciertos sindicatos que, desde hace tiempo,
se han dejado ver “el plumero”.
La Delegación del Gobierno, creo que bien asesorada, había
denegado el permiso para la manifestación contra la LOMCE y
los recortes en Educación, a las centrales sindicales.
¡¡Vaya palo!!. Primero no les dan el permiso, que
posteriormente creo que se les ha concedido, para plantarse
ante la propia Delegación del Gobierno, y luego fracasa la
huelga.
Estos mismos sindicatos, ante un fracaso similar, en
cualquier organismo, estarían pidiendo la dimisión del
político o del ejecutivo de ese organismo, pero ellos, los
máximos representantes de esos sindicatos, no se van de ahí,
ni aunque les echen agua hirviendo.
Anda que se van a ir los “Arósteguis” de turno, que además
no fueron a la huelga, y que “sin pegar un palo al agua”
llevan años y años en la cresta de la ola, aunque sea con
fracasos como éste.
La información dada por el Gabinete de Prensa de la
Delegación del Gobierno indicaba que de los 1512 profesores
de Ceuta, tan sólo 23 secundaron la huelga, esto es, 23 no
fueron a clase, o dicho de otra forma el 1.5%. Es lo que
hubo y es lo que hizo que Aróstegui, por ejemplo, por ser
director de un centro, no estuviera de huelga. ¿Vale?.
Y si el dato ya de por sí, en líneas generales, es para que
los sindicatos se den cuenta de que no tienen fuerza alguna,
el hecho de que en los institutos de Enseñanza Secundaria,
de una plantilla de 653 profesores, se ha dado la nota de
que sólo 2 acudieron a la huelga lo dice todo.
Y esto es, todavía, más llamativo, porque mirando estos
números, tengo que repetirlo, ni los convocantes estuvieron
de huelga, con lo que está más que claro el hecho de que ni
ellos creían en lo que estaban propagando, o lo que sería,
incluso, peor y es que si creían en la huelga y fueron, tal
vez se deba el no figurar como tales huelguistas para que no
tengan “recortes” por ese día de no trabajo.
Ahora, a estos sindicatos de clase, ya no les queda margen
para más convocatorias, todas ellas condenadas al fracaso.
Bien es cierto, y eso debe quedar claro, que yo deseo que
esa Ley de Educación sea de verdad una Ley para mejorar la
Enseñanza, de los contrario el ministro Wert habría hecho
“un pan como unas hostias”.
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