Si por algo se ha caracterizado este Ceuta de la 2012/2013
es por haber aprendido a sobreponerse ante todas y cada una
de las adversidades que se ha encontrado por el camino. Y no
han sido pocas. La falta de preparación durante la
pretemporada no fue impedimento para comenzar el campeonato
sumando siete de los primero nueve puntos en juego. Tampoco
las numerosas lesiones que han sufrido los jugadores (dos
roturas de ligamento cruzado que han dejado en fuera de
juego a Ángel Moreno y a Félix, además de numerosos
esguinces de consideración y diversas dolencias que han que
han dejado al equipo ‘en cuadro’ en momentos decisivos) han
sido impedimento para que el Ceuta se creciese ante rivales
de categorías y haya conseguido llegar a las dos últimas
jornadas del campeonato con opciones matemáticas de jugar el
play off.
Por este motivo, plantilla, cuerpo técnico y directiva
siguen creyendo plenamente en las posibilidades del equipo
para acabar el campeonato situado entre los cuatro primeros
clasificados, aunque en esta ocasión no se dependa de sí
mismo para ello. Y es que, aunque los cuatro puntos que
separan de la fase de ascenso obliga a estar muy atento a lo
que suceda en los dos últimos partidos del Mairena, los
ceutíes son conscientes de que ningún resultado ajeno valdrá
si no se suman los últimos seis puntos en juego. Por este
motivo, el Ceuta prepara con gran intensidad sus dos
próximas y definitivas cita, queriendo reafirmarse en el
hecho de que por trabajo, esfuerzo y sacrificio se merece
disputar el play off de ascenso.
Unas cualidades que el equipo ha demostrado poseer desde el
mismo arranque del campeonato, pero que ha encontrado en las
actuaciones arbitrales a su mayor adversario. Penaltis en
contra inexistentes, como el señalado al Coria en el
Martínez ‘Pirri’, y que supuso además la primera derrota en
casa de la temporada, e igualmente penaltis clarísimos a
favor que el colegiado prefirió no señalar, como el cometido
sobre Said el domingo ante el Pozoblanco, han acompañado al
Ceuta durante un año que podría haberse hecho mucho más duro
si los jugadores no hubiesen sabido sobreponerse a todo
ello, demostrando ser auténticos profesionales.
Unos jugadores que en esta ocasión vuelven a aferrarse al
“se puede” que siempre les acompañó, incluso en los momentos
más duros cuando cualquier otro hubiese bajado los brazos.
Un “se puede” que permitió al Ceuta recortar siete puntos en
apenas cinco jornadas, situándose a sólo uno de una cuarta
plaza que algunos, fuera del equipo, parecían dar ya por
perdida. Y un “se puede” que los jugadores llevarán por
bandera este domingo en su viaje al Puerto de Santa María,
donde se enfrentarán al Portuense con la única idea de
conseguir una victoria que les permita llegar con opciones a
la última jornada.
Una última jornada que se disputará en el Alfonso Murube, y
con la afición en pleno apoyando a la plantilla caballa. Una
situación que para cualquier otro equipo del cualquier otro
grupo y de cualquier otra categoría significaría contar con
mucho ganado. Para cualquier otro, menos para el Ceuta. Y es
que, ha sido en su propio campo y ante su propia afición
donde el Ceuta ha recibido peores arbitrajes. El enemigo,
parece estar en casa.
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