El sindicato lamenta la falta de humanidad de la empresa
condenando al paro a tres trabajadoras experimentadas.
Federación de Comercio, Hostelería-Turismo y Juego de UGT de
Ceuta quiere mostrar su profundo malestar y rechazo a la
política de despidos de personal que ha realizado la
conocida empresa ceutí Super-Roma.
La federación ugetista ha lamentado el sorpresivo despido de
tres experimentadas trabajadoras, un hecho que ha causado
estupor e indignación habida cuenta de las circunstancias en
que se produce: sin el más mínimo reparo y aprovechando las
bondades que proporciona la mal llamada reforma laboral de
2012.
La decisión de Super-Roma de prescindir colectivamente de
tres antiguas trabajadoras merece una reflexión profunda,
porque estaríamos ante un modelo de actuación de empresa con
tradición y referencia en el ámbito comercial de la ciudad,
que adopta el camino de la destrucción de empleo
arremetiendo despiadadamente contra su patrimonio más
preciado: los trabajadores y trabajadoras, a los que expulsa
del trabajo y los deja abandonados a su suerte en el
desempleo, después de haber contribuido con su esfuerzo a la
prosperidad de la empresa y de haberse ganado la fidelidad
de los ceutíes.
La empresa Super-Roma, a juicio de la Federación de Comercio
ugetista, ha optado por una decisión aprovechada y
desagradecida, porque despide a trabajadoras con antigüedad
y experiencia, a las que prácticamente condena a un futuro
laboral incierto, y las empuja hacia el grupo de
desempleados más vulnerable, dada las edades de las
despedidas y el sector económico del que proceden, cuyo
declive hace todavía más utópico una recolocación.
Esta decisión es rotundamente rechazable porque además
utiliza de forma espuria la facilidad que la reforma laboral
otorga a este tipo de empresarios sin ningún escrúpulo y
carentes de toda humanidad, que pretenden ahora saldar sus
cuentas de resultados con despidos a precio de ganga.
Probablemente, los ciudadanos tengan el calificativo
oportuno que actuaciones de este tipo merecen, y que la
Unión General de Trabajadores no va a pasar por alto; ni en
éste, ni en ningún otro empresario que, de manera
ventajista, zafia y desagradecida, cargue de esta forma
contra el patrimonio principal de su empresa: sus
trabajadores y trabajadoras.
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