El coordinador del 061 explica que “el tiempo se
prolonga” si la única ambulancia operativa “está en el monte
o fallan las comunicaciones”. De este modo, los
profesionales de este servicio destacan que el “problema”
que existe por destinar la única UME operativa al simulacro
es la “demora” en la atención al paciente, unos minutos que,
tal como recoge la normativa, son básicos para que, en una
emergencia, la persona viva o muera.
El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez,
aseguró el martes que denunciar que el Ingesa había
destinado su única UME (Unidad Medicalizada de Emergencias)
operativa a participar en el simulacro de seísmo ‘Anubis’
del pasado jueves era ver “un problema donde no lo hay”. Por
ello, los profesionales del 061, que son quienes tienen
conocimiento real de cómo funciona su trabajo, han explicado
que el “problema” que el delegado no veía y que, tal como
fuentes sanitarias denunciaron, existía era “la demora en
algunos minutos en la asistencia al paciente”.
Según recoge el Consejo Español de Resucitación
Cardiopulmonar, el tiempo máximo que debe demorarse la
atención sanitaria en estos casos es de cuatro minutos si se
trata de un Soporte Vital Básico y de ocho minutos en el
caso de un Soporte Vital Avanzado. Además, tal como explica
el coordinador del 061, José Ángel Reyes, el servicio “tiene
unos estándares de calidad” que se recogen en el Contrato de
Gestión y en los que “prima” la atención al paciente y “el
tiempo” en que esta atención se realiza. Pero, explica el
coordinador, “el tiempo se prolonga si la UME está en un
sitio que no es su sede ni la ciudad, como ocurrió en el
simulacro”. “La UME se quedó atrapada entre dos vehículos,
ese es el único inconveniente que tiene estar participando
en un simulacro con la ambulancia que está de guardia, el
retardo en la atención al paciente”.
El coordinador puntualiza que el 061, en ningún momento, se
niega a participar en simulacros, pero que la “prioridad”
será siempre la atención real a los pacientes. “Se dio la
circunstancia de que de tres actuaciones en el simulacro,
nos avisaron de tres emergencias que se produjeron”,
recuerda.
El Ingesa, en su nota de prensa, hacía referencia a “otros
soportes”. El coordinador del 061 destaca que no es el
personal sanitario de la UME el que decide qué soporte debe
acudir a una emergencia y que, por lo tanto, si el médico
del Centro Coordinador de Urgencias (CCU) les avisó de que
un ciudadano necesitaba de la asistencia de la UME, la labor
de los profesionales del 061 es responder a esas órdenes y
atender a la población. “Si la UME está en un monte o en un
sitio donde fallan las comunicaciones, eso repercute en que
se tarda en atender al paciente”, apostilla.
Falta de planificación
El responsable del servicio de emergencias considera que la
falta de previsión y coordinación fue lo que desembocó en
esta situación, ya que “hasta este año”, en todos los
simulacros “siempre ha habido una ambulancia general” -que
es la que se utiliza también en los casos en los que la UME
se avería o hay alguna otra incidencia-, que es la que se
emplea cuando hay un simulacro.
Así, el coordinador explica que a mediados de abril se
anunció que iba a realizarse un simulacro el 2 de mayo, y
que las autoridades de la Ciudad y de la Delegación del
Gobierno iban a celebrar reuniones previas a las que se les
citaría. “Pasó el mes de abril y nadie me avisa ni se pone
en contacto conmigo y así no se puede coordinar porque no
sabíamos si participábamos o no”, apunta el médico. “Ese
mismo día se dio la orden de que fuera la UME que estaba de
guardia, siempre y cuando no hubiera ningún aviso que
atender”, apunta.
“No estábamos enterados, no se habían puesto en contacto con
nosotros para que supiéramos qué teníamos que hacer o qué se
esperaba de nosotros, así que les animé a actuar con sentido
común, en el que las emergencias reales priman”, destaca el
profesional. El trabajo del Ingesa en el simulacro estaba
coordinado por Julián Dóminguez, médico de Preventiva,
aunque tal como la institución sanitaria apuntó fue “el
mismo director territorial el encargado de organizar el
papel del 061”.
|
La “improvisación”, el modo de actuación de los gestores del
Ingesa
CCOO sostiene que la situación
vivida por los profesionales del 061 en el simulacro “vuelve
a ser fruto de la improvisación” del Ingesa, el modo
habitual de actuación de los gestores de la institución
sanitaria, según denuncia Ángel Lara, secretario de
Federación de Sanidad del sindicato. “Y si el delegado no ve
en ello un problema es porque no todos los ciudadanos somos
tratados igual, pese a que así lo recoja la Constitución”.
“Hubiese sido tan fácil como adaptar otra ambulancia como se
ha hecho en otras ocasiones, pero para ello tendrían que
pagar a más personal y ahí se demuestra la racanería de los
gestores”, agrega. También a Javier Montero, de USO, le
parece “lamentable” que se “juegue” con los ciudadanos. “Una
chapuza más del Ingesa”, concluye.
|