Es uno de los dos temas a debate
hoy en España, junto a ese otro que gira en torno a si
Mourinho tiene que dimitir o no. Todo lo demás no parece
interesar a este país.
Pues, de la misma forma que en el asunto del técnico del
Real Madrid están en juego los intereses de unos cuantos que
se dedican a escribir o a hablar de fútbol, en el caso de la
Ley de Educación, partiendo de los sindicatos, hasta llegar
a la “tía Gumersinda”, parece que todos opinan de Educación
pero quedándose en lo vulgar, sin entrar de lleno en lo que
debe interesar:” Si es para mejorar en profundidad del
saber, o si es para ir a peor”.
Particularmente y algo debo haber visto ya en este terreno,
con 44 años ininterrumpidos como catedrático, sin haber
tenido una sola baja y mucho menos una liberación, creo que
en los últimos 40 años hemos ido siempre en descenso y eso
pasando de la famosa Ley de Educación de los incompetentes
Villar Palasí, Díez Hochleiner y la señorita Galino, a todas
las demás leyes o reformas que, dicho sea de paso, todas
fueron del PSOE y han llevado a una enseñanza devaluada, por
todos los lados e incluso, en la parte final, con algún
tufillo de idealización como pretendía el famoso “Catecismo
de Zapatero”.
Esto es lo que hemos tenido y en 40 años se rebajó de un
Bachillerato serio de 6 años, con sus correspondientes
reválidas o “filtros”, a una egebeización primero y luego a
un analfabetismo integral, por aquello de que :”que pasen
todos”.
La Ley que pretende imponer el PP no creo que pueda ser peor
que lo que tenemos hoy, aunque en honor a la verdad, no es
que confíe mucho en quienes pretenden dar algo nuevo y
válido desde el PP, y es que de todos los que me conocen es
sabido que mi pensamiento es que en cuestiones organizativas
y legislativas el PSOE fue la cuna de la desvergüenza, pero
el PP es la residencia de la memez.
Partiendo de aquí y lo tengo que repetir, si la nueva ley es
peor que la que nos han dejado implantada los del capullo,
lo mejor que podríamos hacer sería “cerrar el kiosko” y, de
verdad, tendríamos que hablar del total fracaso de la
enseñanza en este país.
Y para ser mejor que lo que hay, lo primero que tendrá que
tener es una serie de estratos que no haga que, por la
fuerza, todos tengamos que ser cómplices de la insensatez y
la ignorancia.
Una ley sin filtros, con café para todos, una ley en la que
todos, por sistema, sepan o no, tengan que tener el papelito
que diga que “está preparado, aunque no lo esté”, en estos
días no nos puede valer y lo que nos aportaría para una
década más es que estaríamos formando a una serie de jóvenes
cuyo objetivo sería el “servir unas copas o un café” a
franceses, alemanes, suecos o finlandeses. Ese camino no nos
vale, a mí, al menos, me repugna.
Ahora, para el jueves, se habla de una manifestación, la
huelga parece que se ha descartado, pero lo que no he oído
decir a nadie es que van a ir a esa manifestación porque
quieren que sus hijos o ellos mismo se formen mejor, que se
les exija más y así tendrán un futuro más seguro que el que
les espera con lo que tenemos.
Todos se paran en lo mismo, en los recortes y de ahí no
pasan, cuando el verdadero recorte que se ha dado en todas
las leyes impulsadas por el PSOE fue la bajada de niveles y
contenidos hasta llegar a lo que tenemos hoy.
El PP, con una mayoría aplastante, si no impone una
verdadera Ley de Educación es que habrá fallado en esto,
también, con lo que su futuro sería muy negro.
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