Fue una de las frases que recorrió
el mundo hace ya unos cuantos años, cuando el Rey de España,
Juan Carlos I, en una de las cumbres hispanoamericanas, con
nuestra presencia, le dijo al ya desaparecido presidente de
Venezuela que estaba molestando.
Y es que, desde Venezuela, las relaciones con nuestro país,
en tiempos de Chávez, no fueron tan buenas como podían haber
sido, ni tan opuestas como hubiera deseado el parlanchín
venezolano.
De todas formas, aquel no era de fiar, y el que le ha
sustituido pienso que le va a hacer bueno al anterior.
Claro que las cosas son de una forma y aparentan otra
situación, generalmente diferente, con lo que nada me
extrañaría que el actual, el tal Maduro, se haya empezado a
meter en el primero de los charcos, de donde ya veremos como
sale.
El término democracia, ahí huele a podredumbre, es un
término que se baraja, de palabra, pero de hecho está muy
lejos, todavía, y si bien es cierto que dentro ya está
teniendo problemas, fuera los va a tener mucho más fuertes.
Tiempo al tiempo.
Primer charco que pisa Maduro:” Jefe de los diablos”,
refiriéndose a Obama, presidente de los Estados Unidos, algo
que no se tolera con mucho cariño, desde el territorio
americano.
No sé si Barack Obama se habrá tomado esto en serio y estará
dispuesto a hacer algo a favor del oponente de Maduro, por
esos recuentos electorales que han dejado cierto tufillo en
el ámbito internacional. Pero lo que no nos debe caber la
menor duda es que el simple hecho de “tocar” o “mencionar” a
los propios Estados Unidos es algo que, desde allí, ni se
permite, ni se va a tolerar dos veces.
Cuando Maduro dice:”Estamos defendiendo las instituciones,
la constitucionalidad, la paz, la democracia, estamos claros
que allí al frente podemos sentarnos con quien sea, hasta
con el jefe mayor de los diablos, Obama”. Aquí ha empezado a
pisar terreno resbaladizo y tutear, o jugar de tú a tú, a
los americanos huele a que algo se va a empezar a mover, no
tardando mucho, y nada nos extrañaría que, en el futuro,
pudiéramos hablar de Nicolás Maduro “el Breve”.
Y es que Obama ya había hablado, había dicho pocas palabras
pero todas ellas iban cargadas de unas intenciones que
pueden realizarse en cuanto le plazca:” el hemisferio está
atento a la violencia, las protestas y la mano dura contra
la oposición venezolana”.
Lo dicho, unos problemas internos que no se dejan de lado,
desde fuera, y mucho menos se van a dejar de lado si se
sigue provocando, como Maduro ha comenzado a hacer:”Sepan
amigos del mundo, que los hijos del Libertador y de Hugo
Chávez estamos puestos a defender nuestro derecho a ser
libres de cualquier dominación imperial”.
No faltaba más, lo único que necesitaban ahora los
contrarios al propio Maduro es que el nuevo presidente de
Venezuela siga echando más gasolina al fuego para que, en
poco tiempo, tenga medio territorio levantado y el otro
medio en armas.
La cultura, en el peor de los casos, suele aportar, al
menos, temple y razonamiento, pero creo que el ex autobusero,
fuera de saber conducir bien o mal, en los demás terrenos
está sin saber donde tiene que pisar, por lo que bien harían
sus allegados en decirle: “¡¡Te quieres callar!!”.
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