La comparecencia de prensa del
presidente de la Ciudad, sin justificación aparente y
cargada de explicaciones de todo signo para poner a buen
recaudo su decencia y su ánimo de colaborar con la Justicia,
quedan faltas de credibilidad si, con todo el desastre
económico millonario que ha surgido, no se depuran
responsabilidades y pasa factura a los responsables
políticos que han sido los verdaderos culpables de tal
desaguisado. Cualquier decisión que no pase por esto, no
dejará de tratar de poner “paños calientes” a una situación
grave que bien merece un correctivo severo a quienes han
sido tan tolerantes, negligentes o ineficaces en la gestión
pública.
No podemos olvidar que, si en cualquier orden de la vida,
los errores pasan factura, en el caso que nos ocupa no hay
razón para eludir las responsabilidades a las que han de
someterse quienes son protagonistas de comportamientos poco
ejemplarizantes o actuaron, al menos, con desdén,
indiferencia, exceso de confianza o despiste. El volúmen
económico del que hablamos, 12 millones y medio de euros, es
de tanta dimensión como la responsabilidad exigible en este
caso. No cabe mirar para otro lado o intentar disimular unos
comportamientos que merecen la censura de la ciudadanía.
Para ser un asunto que se ha tratado de disfrazar como
nimio, la importancia la vienen marcando las comparecencias
de prensa que han requerido no sólo de los “pesos pesados”
del Gobierno de la Ciudad sino del propio Partido Popular.
Con sus conductas han demostrado que éste es un tema
“caliente” que les quema y de difícil salida, a no ser que
se produzcan las dimisiones o ceses de rigor.
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